Rouco, el obispo español más influyente
Un cardenal católico ocupa portadas de toda la prensa nacional. Su nombre se repite en boletines informativos y telediarios. ¿Quién es el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que merece tan abundantes comentarios de amigos y enemigos en una España que se seculariza?
Antonio María Rouco Varela es de Lugo, nacido el 20 de Agosto de 1936 en la localidad de Villalba.
Cursó estudios medios en el seminario de Mondoñedo y se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca hace 50 años. Poco tiempo después, fue ordenado sacerdote en la ciudad universitaria, el 28 de marzo de 1959.
Acabados estos estudios, marchó a Munich, en cuya universidad estudió Derecho y Teología y se doctoró en Derecho Canónico. Allí conocería a Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, con el que mantiene una buena relación desde entonces.
Camino intelectual hacia la mitra
El trabajo intelectual de Antonio María Rouco se desarrolló a través de la docencia en Munich, Mondoñedo y Salamanca y a través de libros y trabajos científicos, que no han dejado de aumentar a medida que pasan los años.
En la ciudad castellana fue catedrático con 35 años y Vicerrector un año después hasta que es elevado a la dignidad episcopal en 1976. Entonces fue nombrado Obispo Auxiliar de Santiago de Compostela.
Ocho años después, fue nombrado arzobispo de la diócesis compostelana, en mayo de 1984. Como cabeza de la iglesia de Santiago se encargó de hospedar la visita que Juan Pablo II hizo a Santiago de Compostela en 1989 y 1993, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y el Jubileo compostelano, respectivamente.
El éxito organizativo de las convocatorias necesariamente influiría en el nombramiento como arzobispo de Madrid en 1994. En 1998 recibió el capelo cardenalicio, convirtiéndose así en elector del Papa. De hecho, participó en el consistorio que eligió a benedicto XVI el 19 de abril de 2005.
Obispo significado en el panorama español
En la Conferencia Episcopal, es miembro de su Comisión Permanente desde 1984 y fue presidente de la Conferencia Episcopal entre 1999 y 2005. No revalidó el puesto entonces por un voto. Ahora ha vuelto al cargo, convirtiéndose en el primero en hacerlo.
La memoria reciente nos lo presenta alejado del estereotipo gallego de la indefinición, ya que no ha tenido miedo a confrontarse con las políticas del gobierno Zapatero en materia de familia y educación, fundamentalmente.
Rouco estuvo presente en las manifestaciones con motivo de la ley del matrimonio gay y de la LOE y se ha manifestado en numerosas ocasiones contra lo que considera políticas laicistas desarrolladas a lo largo de la legislatura.
El último gran choque con los socialistas tuvo lugar el pasado 30 de diciembre, en una reunión de familias cristianas convocada por el mismo Rouco, y que reunió a una multitud. La reacción airada de Gobierno y PSOE se produjo por declaraciones de Rouco, Cañizares y García-Gasco que consideraron de carácter político.
La reciente nota de la CEE sobre orientaciones morales ante las elecciones también ha provocado el enfado del PSOE. Firmado por todos los obispos, el documento criticaba que se hiciese de ETA "un interlocutor político".
Prestigio en el ámbito católico
La lista de cargos y puestos que Rouco ocupa y de distinciones de diverso tipo que ha recibido es difícilmente abarcable. Es miembro de diferentes asociaciones e instituciones de canonistas, así como de varios Consejos Pontificios de la Santa Sede y consultor de otros estamentos vaticanos.
Su extenso currículo y los numerosos cargos que ocupa actualmente en organismos vaticanos, la presidencia de la Conferencia Episcopal o sus manifestaciones sobre cuestiones políticas relacionadas con la moral católica dibujan una figura influyente y poderosa.
Sin embargo, buena parte de su prestigio entre obispos y fieles católicos la ha labrado con su faceta pastoral.
Además de las visitas papales a Santiago de Compostela, desde que Rouco ocupa la cabeza de la archidiócesis madrileña, la actividad católica en la capital ha ido en aumento, en especial durante los últimos años. El prelado ha convocado diferentes iniciativas apostólicas de evangelización dirigidas específicamente a jóvenes, familias o universitarios.
La última ha sido el citado acto en defensa de la familia cristiana, del 30 de diciembre. La multitud de familias y obispos llegados a Madrid desde toda España fue una demostración de su poder de convocatoria. Más allá de los enfrentamientos con Gobierno y PSOE que provocó el acto, la conexión en directo con Benedicto XVI durante el mismo da una idea de la influencia que la Iglesia española tiene actualmente en Roma.
La actividad pastoral de Antonio María Rouco incluye conferencias, discursos y frecuentes visitas a cada una de las vicarías que componen su diócesis. También ha impulsado los encuentros en la catedral con ocasión de fiestas litúrgicas.
El seminario de la archidiócesis, San Dámaso, estaba esquilmado y prácticamente vacío hace unos años. En 1996, la Santa Sede lo erigió en facultad de Teología a petición de Rouco. Ahora recibe candidatos al sacerdocio con regularidad, estudiantes que se suman a los que se alojan en otros seminarios de la región, pertenecientes a diferentes instituciones católicas.
El cardenal proyecta ahora levantar en la diócesis una universidad católica en la que se enseñe Teología, Filosofía y Derecho.