Ali el Quimico, el primo genocida de Sadam
- Era uno de los pilares del régimen de Saddam Hussein
- Fue condenado a pena de muerte por crímenes contra la humanidad y genocidio
- En 2003, fue el quinto iraquí más buscado por EE.UU., el 'rey de picas'
Ali Hassan al-Mayid (Tikrit, 1941) fue una de las piezas clave del gobierno de su primo, Sadam Hussein, en el que ocupó los cargos de ministro de Defensa, ministro del Interior, Jefe de Seguridad y Gobernador Militar de Kuwait, entre otros.
Pero por encima de todos sus cargos, la vida de Ali siempre girará en torno a los hechos acaecidos en el norte de Irak entre 1986 y 1989.
Ataques químicos
Según Amnistía Internacional, cerca de 182.000 civiles murieron en la denominada 'Campaña de Alfal', una de las más sangrientas del régimen de Saddam Hussein.
Ali Hassan fue el encargado de dirigir aquella macabra campaña en la que se bombardearon y destruyeron zonas, principalmente rurales, del Kurdistán iraquí.
La novedad de aquellos bombardeos fue el uso de armas de destrucción masiva sin que mediara la justificación de una guerra.
Por estos hechos, Ali pasó a ser conocido como 'El Químico' o el 'Carnicero del Kurdistán'. Apodos que se revelan especialmente escabrosos al recordar el ataque al pueblo de Halabja en 1988.
El 18 de marzo de aquel año, esta población cercana a Irán perdió a 5.000 habitantes al ser atacada con gases químicos.
El 'Rey de picas'
Además de estos crímenes, en su 'currículum' también figura la supervisión de la ocupación de Kuwait de 1990 y 1991 (como premio fue nombrado gobernador del país anexionado) y la represión de la revuelta chií de Basora en 1999, en la que fallecieron cientos de personas con Ali como ministro del Interior.
Considerado un criminal de guerra por las organizaciones de derechos humanos y por el gobierno estadounidense, Ali vivió al cobijo del régimen de su primo durante muchos años.
Sin embargo, en 2003, con la invasión americana, Ali desapareció del mapa y pasó a ser el 'rey de picas', el quinto naipe de la baraja más buscada de la historia.
Tras ser dado por muerto después de un bombardeo estadounidense a su domicilio, en Basora, Ali fue detenido y acusado de crímenes contra la humanidad y de genocidio. El dictamen del Tribunal Especial Iraquí fue contundente: pena de muerte. La condena fue confirmada el 29 de febrero de 2008.