Obama o la importancia de ser afroamericano
- Los resultados en Misisipi reabren la cuestión racial en la recta final de las primarias
- Los candidatos se juegan 158 delegados cruciales en Pensilvania el 22 de abril
- Obama buscará el voto blanco acomodado de Filadelfia y del oeste del estado
Las primarias de Misisipi, tras las cuales el senador por Illinois Barack Obama suma 1.597 delegados frente a los 1.470 de la senadora por Nueva York y ex primera dama, Hillary Clinton, han dejado la elección del candidato demócrata a las elecciones presidenciales en Estados Unidos en suspenso.
Al menos, lo estará hasta el próximo 22 de abril, cuando tengan lugar las primarias de Pensilvania. Lo apretado del resultado provisional hace que los 158 delegados en juego sean todavía más importantes. Y, por eso, el tinte racial que ha adquirido la carrera por la nominación en sus últimas paradas puede ser un factor clave.
Obama obtuvo más del 90% del voto negro en las elecciones primarias celebradas el pasado martes en Misisipi, mientras que Hillary logró el respaldo de siete de cada diez votantes blancos en una contienda con una clara carga racial.
El senador por Illinois, que aspira a convertirse en el primer presidente negro de EEUU, ya había derrotado a Hillary en otros estados con un gran porcentaje de afroamericanos como Carolina del Sur, Alabama, Georgia y Luisiana, por lo que los resultados en Misisipi eran esperados.
Aun así, han servido para reabrir el debate sobre el papel que jugará el elemento racial en las primarias pendientes y sobre todo en Pensilvania, que enviará 158 delegados y 29 "superdelegados" (altos cargos del partido y otros funcionarios) a la convención del partido en agosto.
A estas alturas, parece ya claro que ninguno de los dos "presidenciables" demócratas conseguirán los 2.025 delegados necesarios para hacerse con la candidatura.
Obama espera lograr una ventaja suficiente como para proclamarse "vencedor" de facto y obtener así el respaldo de los alrededor de 800 delegados que votarán en la convención. Hillary, mientras tanto, busca reducir la distancia con Obama al mínimo y presentarse ante los "superdelegados" como la que más posibilidades tiene de ganar a John McCain, el candidato presidencial republicano.
Si Obama no fuera negro
Pensilvania, con su abultado número de delegados, juega un papel crucial en esos cálculos y los expertos indican que el elemento racial puede ser decisivo en unas elecciones en las que Hillary parte como favorita.
"Creo que la raza será muy importante porque Pensilvania es un estado con importantes minorías en sus grandes centros urbanos y un elevado porcentaje de blancos en el centro", dijo a Efe Richard Parker, profesor de la Universidad de Harvard. "El hecho de que Obama sea afroamericano va a ser un factor clave", añadió.
Quizá por eso, Geraldine Ferraro, candidata a la vicepresidencia por el Partido Demócrata en las elecciones de 1984 y recaudadora de fondos para la campaña de Hillary, ha dicho recientemente que Obama "no estaría en la posición en la que está" si fuera blanco en lugar de negro.
El senador por Illinois calificó los comentarios de "claramente absurdos" pero, para Parker, tienen una clara intencionalidad política, la de introducir el elemento racial de lleno en la campaña.
"Obama está intentando trascender su identidad como afroamericano para presentarse simplemente como americano, algo que refleja su historia personal y que explica el que haya tenido tanto éxito hasta ahora", explicó Parker. Insistió, de todos modos, en que "la raza siempre ha jugado un papel en la política estadounidense" y volverá a hacerlo este año.
Conquistar el voto blanco en Pensilvania
La mayoría de la población negra de Pensilvania se concentra en Filadelfia, una de las mayores ciudades del estado. La parte occidental del estado es, por el contrario, mayoritariamente blanca y obrera.
F. Carl Walton, profesor de ciencias políticas de la Universidad Lincoln (Pensilvania), vaticinó en declaraciones recientes al diario The Wall Street Journal que "probablemente Obama obtendrá buenos resultados entre los negros de Filadelfia y entre los blancos de clase acomodada de los barrios residenciales de la ciudad".
Según el experto, el desafío para el senador por Illinois será lograr el apoyo del oeste de Pensilvania y su clase trabajadora, un grupo que favoreció a Hillary en estados clave como Ohio.
Por lo demás, los analistas recuerdan que Filadelfia eligió el año pasado a un alcalde negro, Michael Nutter, quien se alzó con la victoria gracias, en parte, a los votos de muchos blancos, algo que le permitió alcanzar lo mismo que persigue Obama.
Pero en una muestra del complejo panorama racial de Pensilvania, Nutter ha dado el apoyo a Hillary y no al senador afroamericano.