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Una niña robada durante los años de la dictadura argentina denuncia ahora a sus padres adoptivos

  • Pide uan condena de 25 años para su padres y el ex capitán que presuntamente la robó
  • Juicio histórico en Argentina, donde hubo cientos de casos de  secuestros de bebés
  • La joven, que ahora tiene 30 años, sospechó desde joven que había sido robada

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El dolor de Sampallo

Acababa de cumplir 11 años cuando María Eugenia Sampallo-Barragán tuvo una certeza que cambió su vida: era una de los cientos de bebés robados durante la dictadura argentina y dados en adopción ilegalmente por altos mandos militares.

Ahora, casi 20 años después del hallazgo, se encuentra inmersa en un proceso judicial en el que pide una pena de prisión de 25 años para sus padres adoptivos y el general que la robó. Un juicio histórico en Argentina, ya que es el primera niña recuperada por las Abuelas de la Plaza de Mayo que va a juicio contra sus secuestradores, tal y como recoge el diario 'Clarin'.

Los encausados son Osvaldo Rivas y María Cristina Gómez, un matrimonio que recibió en adopción a la pequeña de manos del ex capitán del Ejército Enrique Berthier, también inmerso en el proceso judicial. En el primer día de juicio, sólo Rivas -separado desde 1988 de su Gómez- se personó en la Sala.

Este juicio pondrá fin a una relación más que compleja entre el matrimonio y María Eugenia. Siendo niña, tuvo ya los primeros indicios de que era adoptada. Fue una psicóloga, a petición del matrimonio ahora imputado, la que le informó de que había sido adoptada, después de que sus padres biológico hubieran muerto en un accidente de tráfico.

María Eugenia recibió con tristeza la noticia y nacieron así sus ganas de saber más de sus padres biológicos. Desde ese momento, la versión sobre su adopción cambiaba constantemente, aunque la que más se repita es que había sido recogida del Hospital Militar, donde sus padres habían muerto.

A los 11 años, María Eugenia se hizo los primeros análisis de ADN para confirmar quiénes eran sus padres biológicos. Quiso hacerlo después de conocer a las Abuelas de la Plaza de Mayo, que durante décadas han luchado por encontrar a cientos de niños argentinos que fueron arrebatados de sus padres durante la dictadura.

La relación de María Eugenia con Osvaldo Rivas y María Cristina Gómez comenzó a naufragar por las dudas sobre cuáles habían sido las verdaderas condiciones en la que se había producido la adopción. Tras la separación del matrimonio, María Eugenia fue a vivir con su madre adoptiva y los fines de semana los pasaba con Rivas.

A los 19 años la situación se volvió insostenible y María Eugenia se marchó de casa. No han vuelto a tener relación, aunque la joven necesitaba que se hiciera justicia y que quienes le arrebataron su familia biológica respondieran de sus actos ante los tribunales.

El caso puede sentar precedente para muchos otros jóvenes secuestrados durante la dictadura y que podría intentar emular a María Eugenia.