Aparece muerto el arzobispo secuestrado en Iraq
- El arzobispo caldeo había sido secuestrado el pasado 29 de febrero en el norte de Iraq
- El Papa califica el suceso de "violencia inhumana" y advierte de que perjudica al país
- Otras 15 personas han muerto por la explosión de un coche bomba en Bagdad.
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Paulos Faraj Rahho, el arzobispo caldeo que permanecía secuestrado en Iraq, ha aparecido muerto cerca la ciudad de Mosul, donde había sido secuestrado el pasado 29 de febrero. Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad, ha explicado que su cuerpo había sido ya enterrado, probablemente por sus propios captores.
El Papa ha enviado un telegrama al patriarca de los caldeos, el cardenal Emmanuel III Delly, en el que condena la muerte del arzobispo de Mosul y expresa su "cercanía" a la Iglesia caldea y a toda la comunidad cristiana de Irak. Benedicto XVI deplora el suceso, que califica como "acto de inhumana violencia que ofende la dignidad del ser humano y perjudica gravemente la causa de fraterna convivencia del querido pueblo iraquí". Asimismo, El Pontífice deseó que la muerte del religioso "sirva para construir en la atormentada Irak un futuro de paz".
Trágico desenlace
El arzobispo de Mosul fue capturado el pasado 29 de febrero por un grupo de hombres armados en un asalto en el que murieron el conductor del vehículo y dos guardaespaldas que le acompañaban. Según fuentes policiales iraquíes, el arzobispo fue asesinado por sus captores y su cadáver ha sido encontrado hoy con varios disparos en la cabeza en una carretera cerca de Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad.
El obispo auxiliar de Bagdad, Shlemon Warduni, explicó al servicio de información de la Conferencia Episcopal italiana (SIR), que se desconoce si el arzobispo murió "por causas naturales debido a su precaria salud o si fue asesinado".
La violencia se recrudece en Iraq
Al menos 15 personas han muerto y más de 65 han resultado heridas por las explosión de un coche bomba en el centro de Bagdad. El vehículo estaba aparcado frente a un centro comercial. La onda expansiva ha causado daños materiales en tiendas y en vehículos próximos al lugar de la deflagración.
Por otro lado, un grupo de hombres armados ha asesinado, también en la capital, al periodista iraquí Qasem al Iqabi, reportero del periódico Al Muatim, según fuentes policiales. Los asesinos viajaban en un coche a gran velocidad desde el que han tiroteado al periodista, que murió de forma instantánea.
Con esta nueva víctima, asciende a 275 el número de periodistas asesinados desde el inicio de la invasión estadounidenses de Iraq en marzo de 2003, según datos del sindicato de periodistas iraquíes.