Cheney llega por sorpresa a Irak en la víspera del quinto aniversario del inicio de la guerra
- La visita del vicepresidente precede a una gira de nueve días por Oriente Próximo
- Una fuerte explosión en el centro de Bagdad acompaña su llegada al país
- Entre las cuestiones que tratará con los dirigentes iraquíes figura la ley de hidrocarburos
El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, ha llegado este lunes a Irak en una visita sorpresa pensada para subrayar la mejora de la seguridad sobre el terreno y promover el desarrollo de políticas en vísperas del quinto aniversario de la declaración de guerra de EE.UU a Irak
La llegada de Cheney a la capital iraquí no ha estado libre de sobresalto. Sobre las nueve de la mañana (siete, hora peninsular española), poco después de aterrizar, se ha registrado una fuerte explosión en el centro de Bagdad, según informan periodistas de AFP.
La visita, no anunciada y rodeada de excepcionales condiciones de seguridad, precede a una gira de nueve días por Oriente Próximo, con etapas en Arabia Saudí, Oman, Turquía, Jerusalén y los territorios palestinos. El vicepresidente estadounidense intentará así reavivar el proceso de paz israelo-palestino.
Cheney llegaba a Irak mientras el candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, se encontraba con dirigentes iraquíes en el marco de una misión de investigación de un comité del Senado. Ambos han sido firmes defensores de la presencia militar estadounidense en el país mesopotámico.
Agenda muy apretada
A su llegada a Bagdad, Cheney se reunió con el general David Petraeus, comandante en jefe de las tropas estadounidenses en Irak. Tras entrevistarse con Petraeus y el embajador de su país, Ryan Crocker, está previsto que se reúna con el primer ministro Nuri al-Maliki, el presidente Jalal Talabani y otros dirigentes del país. Con ellos tiene intención de abordar asuntos políticos y de seguridad.
Entre las cuestiones políticas que tratará Cheney con los dirigentes iraquíes se halla la atascada ley de hidrocarburos, uno de los puntos clave de la estrategia de Washington para reconciliar a chiíes y sunníes. La ley, paralizada por desavenencias políticas internas, abordará el reparto de las ingentes reservas petroleras de Irak.
Mejora en la seguridad
La última visita de Cheney a Bagdad fue en mayo de 2007, un mes antes de que terminase el despliegue de 30.000 nuevos soldados norteamericanos en suelo iraquí. Los ataques de la insurgencia iraquí han caído un 60% desde que se materializó ese despliegue, que vino acompañado del traslado de tropas desde bases grandes a puestos de combate más pequeños.
"Hay todavía mucho que hacer", ha dicho un alto funcionario estadounidense que ha pedido no ser identificado, "pero creo que él (Cheney) va a poder decir que estamos en el buen camino".
George Bush recibirá en breve de Petraeus y el embajador Crocker una nueva valoración sobre la situación en Irak. Con ese informe en la mano, el presidente decidirá la conveniencia o no de introducir cambios en la estrategia estadounidense.