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La ex de Sarkozy se toma su 'revancha' con una boda por todo lo alto en Manhattan

  • Cecilia Ciganer contrae matrimonio con el publicista Richard Attias en Nueva York
  • Conoció al novio en 2004 y vivió un sonado romance con él antes de volver con Sarkozy

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Cecilia Ciganer se casa en Nueva York

Si Pierre Chodeclos de Laclós tuviese que escribir Las amistades peligrosas en pleno siglo XXI, a buen seguro se fijaría en la historia de Cecilia Ciganer y Nicolás Sarkozy. El último capítulo de su interminable historia de amor, infidelidades y, ahora, sutiles ajustes de cuentas, se va a vivir en uno de los lugares emblemáticos de Nueva York, el Rockefeller Center.

Allí Cecilia contrae matrimonio con el publicista Richard Attias, con el que vivió un apasionado romance antes de volver con su ahora ex marido para apoyarle en la campaña de las presidenciales francesas de 2007.

"Richard es la persona que más he amado en mi vida. Creo que nunca amé antes de él", ha asegurado la ex primera dama en una biografía no autorizada, en un claro dardo envenenado contra Sarkozy, con el que compartió 20 años de su vida.

Un fin de semana de actos

Aunque Ciganer podría parecerse a la Marquesa de Mertuil, la protagonista del libro de Laclós ambientado en la Francia del siglo XVIII, tiene una diferencia esencial con ella: no tiene por qué ocultarse.

Por este motivo,  ha planificado unos ostentosos fastos nupciales, que comenzaron el pasado 21 de marzo en la finca que su pareja tiene en la selecta localidad de Greenwich, en el estado de Connecticut, al norte de Nueva York. Al día siguiente, ellos y sus 150 invitados coparon los asientos del musical Mamma Mía, en Broadway.

Los actos culminarán con la boda, de la que no han trascendido más detalles que tendrá carácter civil y tendrá al premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, como uno de los testigos. Como no podía ser de otra manera, Ciganer, ex modelo, vestirá un traje realizado por un diseñador de renombre. En este caso será de Versace. 

Esta forma de celebrar su enlace contrasta de manera radical con la que escogió su ex marido para hacer lo propio con Carla Bruni. Y es que para el Vizconde de Valmont de esta historia era más importante el cuándo que el cómo. El protocolo exigía que se casase con su novia -con la que llevaba apenas unas semanas- lo antes posible para evitar problemas.

Cadena de infidelidades

Pero si en algo se parece la historia de Sarkozy y Ciganer a Las amistades Peligrosas es en la sucesiva cadena de infidelidades y reencuentros que han vivido en los últimos decenios. 

Todo comenzó cuando el presidente francés, entonces alcalde de la acomodada localidad de Neuilly, casó a Cecilia con su primer marido, el presentador Jacques Martin.

Sarkozy y su mujer de entonces se hicieron amigos de la pareja. Luego, la amistad entre Nicolás y Cecilia se volvió amor cuando ella se divorció de su marido, con el que tuvo dos hijos. Entonces comenzó una larga historia de amor, de la que nació Louis, el único hijo que tienen en común. 

Pese a los rumores de infidelidad de Sarkozy, el campanazo lo dio Cecilia, cuando en 2005 apareció con Attias viendo pisos en Manhattan. Lo había conocido en 2004, durante el congreso de la UMP, el partido de su marido, que lo consagró como el líder absoluto de la derecha francesa. Su empresa, Publics Events Worldwide, se había encargado de organizarlo.

Cecilia volvió como esposa arrepentida junto a Sarkozy, pero pocos creyeron en que la reconciliación fuese auténtica. Apenas cinco meses después de la victoria de su segundo marido, decidió pedir el divorcio e irse a vivir a Londres...con Attias.

Tras atribuirle varios romances, el presidente comenzó una intensa relación con la cantante Carla Bruni, la Cecilia Volanges de la historia. Sin embargo, lejos de ser una dama pura e ingenua, Bruni ha declarado que "practica la monogamia, a veces".

A buen seguro, la boda de su ex marido con una mujer diez años más joven y de asombroso parecido con ella no fue un trago agradable para Cecilia. Ahora, en pleno Manhattan, Cecilia vive su particular revancha. Como una maquesa.