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Un capitán, a una soldado presuntamente violada: "No lo denuncies, sabes que fue culpa tuya"

  • Piden nueve años de prisión para un soldado por una presunta agresión sexual
  • El capitán del cuartel de Hoyo de Manzanares asegura que vio a la soldado insinuándose
  • Los compañeros del cuartel aseguran que la chica fingió para vengarse por un plantón

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"Yo no le ordené que no denunciara, sino que creía que no debería hacerlo porque el chico era un buen chaval y ella sabía que, en el  fondo, era culpa suya". Esto es lo que le dijo el capitán Pedro Colomino a la recluta Sheila G., de su misma compañía, que aseguraba haber sido violada por otro soldado.

El capitán Colomino, del cuartel de Hoyo de Manzanares, ha admitido sus palabras en la declaración del juicio que celebra la Audiencia Provincial de Madrid  contra Miguel Ángel M. G., un soldado de nacionalidad venezolana al que se acusa de un presunto delito de violación cometido el 15 de marzo de 2005 contra su compañera.

El capitán del Ejército de Tierra, que fue quien se encargó de la investigación interna, recordó ante el juez un episodio que ocurrió unos días antes de los hechos:  "Estaba en la oficina y pude ver desde la ventana cómo la chica se acercó a él por detrás cuando la compañía estaba formando y le golpeó con sus pechos", narró. Algo que, según su testimonio, demuestra los actos de provocación que llevaba a cabo la joven soldado.

El acusado se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de prisión y a una reclamación de indemnización  de 15.000 euros para la víctima. Sin embargo, la versión de Miguel Ángel es totalmente contraria a la que sostiene Sheila, ya que ha recalcado que en ningún momento la forzó porque ella consintió la relación.

Dos versiones contrarias

Según el testimonio de la víctima, que ha abandonado el Ejército, la joven soldado quedó el 15 de marzo de 2005 con su compañero para que le acompañara a Torrelodones a comprar unos medicamentos y, de paso, "dar una vuelta" por el pueblo. Tras comprar los fármacos, se fueron a un bar, donde entablaron una conversación. Según el encausado, en ese momento intimaron, algo que ella niega.

De vuelta a Hoyo de Manzanares, decidieron regresar a pie hasta el cuartel. "Ibamos andando y me empujó. Se echó encima de mí y yo no supe reaccionar. Me agarró las manos y, con su pierna, abrió las mías. Me desabrochó los pantalones y me penetró", ha contado la chica, quien añadió que, de repente, el agresor se levantó, dejándola sola en el callejón. 

De camino al cuartel, llamó para avisar de que llegaría tarde a  formar, sin contar nada de lo sucedido porque "no quería que se supiera". "Quería jurar bandera e irme", subrayó. Una vez en el acuartelamiento, un capitán le sugirió no denunciar los hechos porque habría que dar parte a los superiores y el trámite era "lioso".

"Ella estaba muy caliente"

La historia que cuenta Miguel Ángel de aquella tarde es diferente.  "Se sentó conmigo en el autobús. Me tocó la mano, el cuello y nos besamos", ha recordado. Ya en Torrelodones, se separaron del compañero  para irse a un bar a intimar. "Cuando regresábamos en el autobús nos tocamos y la señorita intentó quitarme el cinturón. Me lo quité y me hizo una felación. Ella estaba muy caliente", ha narrado.

Según Miguel Angel M. G., la víctima quería ir más allá y le propuso  mantener una relación sexual en un callejón de Hoyo de Manzanares,  donde les dejó el autobús. "Ella misma se bajó los pantalones. Lo  hicimos de pie. La dije que nos teníamos que ir. Ella quería más. Nos tumbamos en el suelo, pero me levante y paré. Ella se enfadó porque no terminamos de hacerlo", ha explicado.

Tras ello, la chica le dijo que le daba igual llegar tarde a formar, a lo que éste respondió: "Yo tengo mucho más que perder porque si me echan, no tengo donde ir", en alusión a su nacionalidad extranjera. Así, el procesado comenzó a  correr, dejando atrás a su compañera. Al llegar al cuartel le mandó un mensaje telefónico: "Están formando. Entiendo si no me quieres hablar mañana. Pero sabes que tengo más que perder. Un abrazo", un SMS que ella eliminó.

Los compañeros de cuartel que comparecieron han exculpado al procesado y han asegurado que Sheila G. provocaba habitualmente a los soldados y buscaba llamar la atención. Su ex compañera de habitación ha explicado que la soldado "quería vengarse" porque el recluta venezolano le había dado plantón el fin de semana. "Nos engañó a todos porque había muchas contradicciones", ha explicado.