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Alberto Ruiz-Gallardón acelera la reforma del eje Prado-Recoletos

  • El alcalde de Madrid quiere comenzar la renovación antes de finalizar 2008
  • Comenzará por las zonas que no estén protegidas por el Bien de Interés Cultural
  • Espera colaboración por parte de la Comunidad para terminar la renovación

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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado su intención de poner en marcha cuanto antes el discutido proyecto de reforma del Eje Prado-Recoletos.

Eso sí, lo hará tan sólo en las zonas en las que el Ayuntamiento tiene competencia, lo que podría reavivar las chispas del enfrentamiento con la Comunidad madrileña.

 

No obstante, el primer edil le ha recordado al Gobierno que preside Esperanza Aguirre que "ésta no es una época de confrontación" y le ha pedido que se "sume al consenso" alcanzado con todos los grupos políticos de la Corporación municipal, que en el Pleno de febrero respaldaron de forma unánime el proyecto.

 

Reformas fuera del BIC

 

La intención del alcalde de Madrid es comenzar las actuaciones en la glorieta de Carlos V y en la plaza de las Cortes antes de que finalice este año, al quedar estas fuera de la zona que él mismo declaró Bien de Interés Cultural (BIC) cuando aún estaba al frente de la Comunidad de Madrid.

 

El alcalde ha explicado que sólo "se van a diferir las actuaciones que sean jurídicamente necesarias", lo que incluye únicamente al ámbito del proyecto entre la Cuesta de Moyano y la calle Salustiano Olózaga, incluidos el Jardín Botánico, la plaza de la Lealtad y la plaza de Cibeles.

 

Ambos proyectos deberían estar adjudicados antes de que termine 2008 y el regidor de la capital ha afirmado que, por su situación geográfica, "no habrá incidencia de tráfico" entre estas obras y la reforma de la calle Serrano, cuyo comienzo está previsto para este verano.

 

Independencia del Ayuntamiento

 

Con esta actuación Gallardón quiere dejar claro que, aunque respeta "que la zona BIC corresponde a competencias de la Comunidad", el Ayuntamiento "ejercerá sus competencias, las asignadas por la Constitución, por la Ley de Capitalidad y por la Ley de Bases de Régimen Local".

 

El alcalde se mostró contundente en este punto: "El Ayuntamiento no cederá su independencia ni renunciará a sus competencias asignadas por ley para establecer el diseño de la ciudad".

 

Respeto a la decisión regional

 

Por otra parte, Gallardón ha reconocido que no comparte la decisión del Ejecutivo regional de aplicar el procedimiento ordinario al proyecto, ya que considera que "un análisis del proyecto habría bastado", pero ha asegurado que lo respeta ya que es la Comunidad quien tiene competencias en una zona protegida en todo lo que respecta a la protección del patrimonio histórico-cultural y el medio ambiente.

 

El portavoz del Gobierno madrileño, Ignacio González, ha afirmado que, "aunque hay que contemplar dicha reforma en su totalidad, si hay posibilidad de trocear las actuaciones, también estamos dispuestos a verlo".

 

No habrá tunel

 

"Vamos a hacer el proyecto tal y como ha sido resuelto en un concurso internacional que expresamente rechazó una solución en túnel", ha afirmado el alcalde, recordando que ya en la primera convocatoria del concurso internacional, en el año 2000, se rechazó el túnel por unanimidad en el Ayuntamiento, y que en el concurso de 2002 se reiteró el apoyo a esa decisión.

 

"El fallo de 2002 decidió que no hubiese túnel porque consolidaría el eje Prado-Recoletos como un eje de circulación entre municipios diferentes a Madrid o distritos distintos al de Centro, y ésa no es la intención del Ayuntamiento ni en 2002 ni en 2008", ha subrayado.

 

Según Gallardón, tras el esfuerzo y el dinero invertido en la "magna obra" de reforma de la M-30, "ahora es el momento de practicar una política de templado del tráfico" en la almendra central.

 

"No es sólo para mejorar la calidad de vida y el entorno paisajístico de la zona, sino también para reducir la contaminación, que es algo que nos preocupa mucho", manifestó el primer edil.

 

Tensión con el Museo Thyssen

 

La remodelación del eje causó una agria polémica con la baronesa Thyssen, que acusó a la alcaldía de Madrid de querer "talar los árboles del Prado" y crear "una autopista" delante de su museo.

 

Sin embargo, tras meses de quejas, ambas partes llegaron a un acuerdo en diciembre de 2007, tras aprobarse mantener en superficie dos carriles para automóviles y uno de autobuses junto al Museo Thyssen.