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Marruecos rectifica y renueva la acreditación a las corresponsales de la SER y la COPE

  • La protesta de los periodistas y la mediación del PP, claves para que reconsidere su decisión
  • La cobertura del conflicto del Sáhara es el principal punto de fricción entre prensa y Gobierno
  • El PP acusa al ejecutivo español de pasividad ante "un atropello" a la libertad de expresión

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Los corresponsales españoles en Marruecos se han unido en una sola voz para exigir que las representantes de la COPE y de la Cadena SER y La Vanguardia se queden en el país tras la retirada de su acreditación por parte de las autoridades marroquíes.

Tras la protesta y la intervención del PP, ambas periodistas verán renovada su acreditación, según han asegurado fuentes del ministerio de Comunicación marroquí a EFE.

"El problema está arreglado y el ministerio ha dado la acreditación a esas dos personas", han informado esta fuentes. Las dos periodistas son Beatriz Mesa, de la cadena COPE, y Carla Fibla, que trabaja para la SER y La Vanguardia.

De esta forma, las autoridades marroquíes han querido solucionar un conflicto que tiene como principal telón de fondo el conflicto del Sáhara Occidental. De hecho, el Ministerio de Comunicación esgrime como razón para acabar con la cobertura de la COPE en el país el que Mesa llevase rodeando su cuerpo una bandera del Frente Polisario en un acto celebrado en Palma de Mallorca.

En el caso de Fibla, que lleva en el país desde 2001, su acreditación se encuentra en un limbo administrativo.

Presiones de Marruecos

"Los informadores (españoles) llevan meses quejándose de las presiones que ejerce el Ejecutivo marroquí en todo lo que respecta a la cobertura del conflicto del Sáhara Occidental", han aclarado los periodistas españoles en una nota.

Los corresponsales denuncian también que están amenazados "por la arbitrariedad del Gobierno local", por lo que han considerado necesario lanzar "un último grito desesperado ante una situación que consideramos insostenible".

Intervención del PP

El contencioso ha dado el salto a la arena política, ya que el diputado del PP Gustavo de Aristegui ha mediado ante las autoridades marroquíes para conseguir que las dos periodistas continuasen en el país.

Aristegui ha reconocido que la actitud de Mesa ha sido "inconveniente", dado que su condición de corresponsal en Marruecos exige, en su opinión, que "guarde la prudencia de no tomar partido públicamente".

Además, Aristegui ha criticado la "pasividad" del Gobierno español en este asunto, que a su juicio supone "un atropello inaceptable" a la libertad de expresión.