Más de un millón y medio de hogares estarán formados por inmigrantes en 2011
- En diez años, el número de hogares inmigrantes se habrá triplicado
- Se convertirán en los principales demandantes de vivienda
- Cuatro de cada diez extranjeros se instalan en Madrid o en Barcelona
En apenas diez años, los hogares formados por inmigrantes se triplicarán. Esta es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Cataluña, que revela que, si en 2001 había medio millón de viviendas ocupadas por la inmigración, en 2011 ascenderá a un millón y medio.
De esta forma, los inmigrantes pueden convertirse en el principal mercado potencial de compradores de vivienda, en un momento en el que además el sector está viviendo uno de sus momentos más bajos en los últimos años.
Grandes ciudades
Los lugares que más están experimentando este impacto demográfico son las grandes ciudades, especialmente Madrid y Barcelona. Ambas ciudades acumulan el 40% de la población inmigrante que ha llegado a España desde 2001.
Pese a que las grandes ciudades tienden a absorber el mayor número de inmigrantes, también se constata que con el paso del tiempo se generan tendencias descentralizadoras hacia las periferias metropolitanas, tal y como ha ocurrido en Barcelona y Bilbao y, en mayor medida, en Madrid y Valencia.
Madrid es propensa a absorber población de origen europeo (16,08% en el período 2001-2005) y Barcelona concentra más inmigrantes de procedencia asiática (41,92%) y africana (16,93%).
Un fenómeno complejo
El informe analiza el fenómeno de la inmigración desde el punto de vista de su impacto en las grandes ciudades españolas y sus áreas metropolitanas. A través de una serie de entrevistas en profundidad, estos investigadores han seguido la trayectoria urbanística de estos inmigrantes.
En un principio, el inmigrante consigue una vivienda a través de una serie de contactos sociales, formados en la mayoría de los casos por una afinidad nacional.
Los primeros pisos que suelen ocupar suelen ser sin contrato, llegando a habitar las llamadas 'camas calientes', habitaciones a las que acuden sólo para dormir y que comparten con otros inmigrantes.Posteriormente, su situación económica se estabiliza y pasa a compartir piso con amigos y otros inquilinos.
Uno de los investigadores, Arkaitz Fullaondo, ha subrayado que normalmente simplificamos la situación cuando se asegura que la inmigración se concentra en las zonas más degradadas de la ciudad.
"La realidad de la inserción residencial de este colectivo es mucho mas compleja. Sí que existe una concentración en las zonas urbanas más degradadas, pero los inmigrantes acaban distribuyéndose por las ciudades de manera similar a como lo hace la población autóctona", ha asegurado.