La sequía pone a Cataluña a un paso de la situación de emergencia
- Los embalses catalanes están al 21% de su capacidad
- Rebajar el límite del 20% supondría entrar en situación de alerta
Los embalses de las cuencas internas catalanas están al 21% de su capacidad máxima, lo que sitúa al área metropolitana de Barcelona a un paso de entrar en la fase de emergencia por la sequía, que se activará cuando las reservas se sitúen por debajo del 20%.
Según ha informado la Agencia Catalana del Agua, las lluvias que han caído en las últimas semanas han aportado un volumen aproximado de 3,5 hectómetros cúbicos de agua a los pantanos del sistema Ter-Llobregat, es decir el consumo de una semana para cinco millones de habitantes.
Estas precipitaciones, sin embargo, no han sido suficientes para aliviar la crítica situación de los embalses de las cuencas internas -cuencas de los ríos Ter/Llobregat y Muga-, que se mantienen en situación de excepcionalidad 2, con el 21% de las reservas embalsadas, y a sólo unos días de entrar en el escenario de emergencia, el más grave de los previstos.
En los primeros estadios de la emergencia, cuando los recursos en los pantanos se sitúen entre el 20% y el 15% de las reservas, se intensificarán las medidas restrictivas, centradas, principalmente, en la contención de la demanda mediante medidas técnicas, como la instalación de difusores en los grifos o el control de fugas.
Será cuando las reservas se encuentren por debajo del 15%, situación en la que, si no llueve lo necesario, se entrará en septiembre, cuando se produzcan los primeros cortes de agua en el suministro doméstico.
Las medidas restrictivas, sin embargo, ya se están aplicando en la actual fase de excepcionalidad 2, en cumplimiento del decreto de sequía aprobado por la Generalitat, que prevé sanciones de hasta 3.000 euros a los particulares o empresas que malgasten agua.
Ya se han abierto varios expedientes por este motivo. El primero, el pasado 31 de marzo en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde el ayuntamiento abrió un expediente a una empresa constructora que había llenado una piscina con agua potable.
También el consistorio de Castelldefels ha abierto varios expedientes, uno de ellos a una vecina de la localidad por malgastar agua de boca regando alfombras en el jardín de su vivienda, en el barrio de Montemar.
La escasez de agua y las medidas de restricción aprobadas han dado lugar a la picaresca de algunas empresas autorizadas para captar agua de pozos para uso industrial, que han intentado vender ilegalmente este recurso a particulares para llegar piscinas y regar jardines.
Por el momento, la Agencia Catalana del Agua (ACA) ha detectado dos empresas, una de Terrassa (Barcelona) y otra de Gavà (Barcelona), que se dedicaban a ofrecer agua de pozos o de la red de suministro municipal para estos usos prohibidos.