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China, "indignada" con el Congreso de EE.UU. por acusarla de "reprimir" al Tíbet

  • La Cámara estadounidense insta a Pekín a no reprimir al Tíbet y a dialogar
  • El Dalai Lama se muestra entristecido por las protestas violentas de San Francisco

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Buenos Aires se prepara recibir a la antorcha olímpica

El Gobierno chino ha rechazado con "indignación" la resolución aprobada por la Cámara de Representantes de EE.UU. en la que insta a Pekín a poner fin a su intervención contra manifestaciones "no violentas" en el Tíbet y a la "continua represión cultural, religiosa, económica y lingüística".

La resolución también pide la apertura de un diálogo "significativo" con el Dalai Lama, el líder religioso tibetano en el exilio.

El Ministerio de Exteriores de China ha asegurado que esta resolución "distorsiona en modo evidente la historia y la realidad del Tíbet" y representa "una grave interferencia en los asuntos internos chinos".

El Gobierno chino cree que el Congreso estadounidense debería dirigir su ira hacia lo que Pekín llama "la camarilla del Dalai Lama", a la que China culpa de los disturbios mortales de la capital del Tíbet, Lhasa, del pasado 14 de marzo y de las posteriores protestas tibetanas.

Añade que la resolución de los congresistas norteamericanos "confunde el blanco con el negro" y evidencia la "mala fe" de algunos miembros de la Cámara "que no sólo no condenaron los ataques, saqueos e incendios de Lhasa, sino que se pronunciaron contra el Gobierno chino y su pueblo".

El Dalai Lama, triste por las protestas

Por su parte, el Dalai Lama ha declarado desde la ciudad estadounidense de Seattle que apoya las manifestaciones no violentas, pero que estaba triste por las protestas de esta semana en San Francisco, que obligaron a modificar el recorrido de la antorcha olímpica.

La antorcha recorre hoy las calles de Buenos Aires bajo un fortísimo despliegue de seguridad y con la amenaza de protestas de grupos chinos disidentes.

Con la ausencia confirmada del ex futbolista Diego Armando Maradona, la ceremonia durará alrededor de tres horas en la primera vez en la historia que visita Argentina, además el único país latinoamericano por donde pasará en su camino a Pekín.