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La Policía no sabe comprar

  • Camisas que destiñen y furgonetas demasiado grandes para circular por calles estrechas
  • El Cuerpo Nacional de Policía planea cambiar la gorra de plato por la de beisbol
  • El gran tamaño de los nuevos vehículos policiales imposibilita muchas operaciones

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La Policía ha devuelto 10.000 camisas y gorras porque desteñían y cambiaban de color y ha comprado cientos de furgonetas para las unidades de antidisturbios que, según denuncian los sindicatos, al ser demasiado grandes tienen serias dificultades para adentrarse en las calles estrechas.

Sobre las prendas desechadas, la Unión Federal de Policía (UFP) ha asegurado que la ropa tampoco habían pasado ninguna inspección de riesgos laborales, ya que no eran de un tejido ignífugo como recomiendan las normas de seguridad.

Fuentes de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil han aclarado que se trataba de una partida defectuosa que se ha devuelto de inmediato a la empresa suministradora, sin cargo alguno para el erario público.

El actual uniforme oficial del Cuerpo Nacional de Policía data de 1986, cuando se pasó del color marrón -años antes era gris- al azul oscuro que visten los policías hoy en día.

Aunque todavía el Ministerio del Interior no ha aprobado la nueva indumentaria, se ha barajado sustituir la gorra de plato por una tipo béisbol, suprimir el uso de la corbata salvo en actos oficiales y adoptar una nueva chaqueta con bandas reflectantes para mejorar la seguridad de los agentes.

El sindicato policial también ha criticado algunas de las características de los nuevos vehículos adquiridos por la Policía y que han sido pintados de azul oscuro y no en la combinación de blanco y azul que les distinguía hasta ahora.

Los antidisturbios están estrenando nuevas furgonetas -Mercedes Sprinter-, más modernas y cómodas pero también más grandes, lo que, según la UFP, las inhabilita para actuar en las calles estrechas y en los barrios antiguos de muchas ciudades.

Tampoco han gustado los nuevos coches patrulla -Citröen C4 Picasso- que ya comienzan a verse por las calles de muchas ciudades. En este caso, la Policía decidió instalarles unos asientos especiales que, al final, han debido ser sustituidos por los que traía de fábrica ya que eran incómodos y muy engorrosos de regular en cada cambio de conductor.