Enlaces accesibilidad

La UE aprueba una nueva legislación para reducir la contaminación del aire y evitar muertes prematuras

  • Se incorpora, por primera vez, una reducción de las partículas finas.
  • El objetivo es que disminuyan un 20% en una década.
  • La Comisión Europea cree que se pueden reducir un 47% los fallecimientos prematuros.

Por

La Unión Europea ha adoptado una normativa que pretende mejorar la calidad del aire, reduciendo un 20% en una década la cantidad de partículas finas en suspensión, con el fin de evitar la mitad de las 370.000 muertes prematuras -16.000 en España- que cada año se producen a causa de la contaminación atmosférica.

La portavoz europea de Medio Ambiente, Barbara Helfferich, ha anunciado que el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo sobre la Directiva sobre calidad del aire, que fusiona cuatro directivas previas y que entrará en vigor a mediados de 2011.

Una de las principales novedades es que la Directiva tiene en cuenta las partículas de menor tamaño (PM 2,5) o partículas finas, muy perjudiciales para la salud, especialmente de las personas con problemas respiratorios, ya que penetran profundamente en el sistema respiratorio.

Reducir la mortalidad prematura

Así, la nueva normativa impone a los países la obligación de reducir un 20% para 2020 la exposición a esas partículas, con respecto a los niveles de 2010. Los niveles de exposición, entonces, deberán ser de 20 microgramos/m3 en las zonas urbanas y de 25 microgramos/m3  en zonas no urbanas.

Con ello la UE confía en disminuir en un 47% la mortalidad prematura debida a la presencia de esas partículas finas, emitidas sobre todo por el transporte y la industria, según Helfferich, que ha detallado que, de media, el ciudadano europeo pierde ocho meses de esperanza de vida como consecuencia de su presencia en el aire, cifra que asciende a 36 meses en algunas zonas donde la contaminación es muy alta.

Además, la nueva legislación establece límites máximos a la concentración en la atmósfera de una amplia gama de contaminantes, incluido el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno, los óxidos de nitrógeno o el benceno, que conforman las partículas más gruesas, denominadas PM 10. Para estas, se mantienen los límites de la anterior normativa pero hace más fácil a los países la posibilidad de cumplirlos, ya que podrán aplazar los plazos, con ciertas condiciones.

La Comisión Europea ha reconocido, en cualquier caso, que los objetivos de esta legislación son ambiciosos, dado que 25 de los 27 países miembros tienen dificultades para respectar las normas vigentes hasta ahora para la reducción de las PM10.