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Iberdrola sienta las bases para una posible fusión

  • El presidente de la compañía abre la puerta a una fusión con otra compañía energética
  • El principal requisito será que el cambio cree valor a todos los accionistas
  • El precio de la operación rondaría los 100.000 millones de euros

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El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se ha mostrado abierto a estudiar una posible fusión con otra compañía energética, pero ha impuesto de antemano varias condiciones, entre ellas que cree una compañía mayor que la actual Iberdrola y genere valor para todos los accionistas.

Aunque en ningún momento ha mencionado a Gas Natural y ha insistido en que no ha mantenido "conversaciones formales" ni con la compañía gasista ni con La Caixa, su accionista de referencia, con sus advertencias y condiciones Sánchez Galán ha aportado algo de luz en los crecientes rumores que apuntan a negociaciones entre ambas compañías para llegar a un acuerdo de fusión.

Tres requisitos

Una futura integración con Gas Natural deberá cumplir varios requisitos para recibir el visto bueno de la eléctrica, fundamentalmente tres: que cree valor para todos los accionistas, que no diluya la actual Iberdrola y la compañía resultante sea "mayor y más sólida" y que se pague "una prima de control".

"Todos los accionistas deben tener el mismo trato". Si hay una oferta que cumpla este requisito y que no afecte a la "solidez financiera" de Iberdrola, el Consejo de Administración la estudiará "con los mismos criterios" que aplica al resto de sus inversiones, explicó Sánchez Galán durante la conferencia de prensa previa a la Junta de Accionistas.

Una operación de 100.000 millones de euros

En cuanto al precio que podría rondar la operación, el presidente de la eléctrica indicó que 100.000 millones de euros, cantidad equivalente al valor de mercado de Iberdrola, Iberdrola Renovables y la deuda de ambas, sería una cifra "para empezar a hablar".

Ignacio Sánchez Galán ha salido al paso de las informaciones que le señalan como un obstáculo para cerrar un acuerdo con Gas Natural y ha minimizado su influencia en el diseño de la operación.

"Los accionistas son los que ponen y quitan a los presidentes. No soy un problema. Nunca lo he sido", ha dicho.

El ejemplo que debería seguir la posible operación sería el de las dos adquisiciones realizadas por Iberdrola el año pasado, la de Scottish Power y la de Energy East, operaciones "sin ruido" realizadas de forma "callada y discreta".

A EDF: "que oferte o calle"

Por el contrario, Sánchez Galán mantuvo la línea dura y contundente con la eléctrica pública EDF, que ha reconocido contactos con ACS sobre una futura operación corporativa sobre Iberdrola, a la que reclamó que haga públicos sus planes o deje de fomentar rumores en el mercado.

A EDF "le estamos diciendo (mediante los distintos litigios judiciales abiertos) que oferte o calle", ya que los rumores que existen el mercado pueden perjudicar los negocios de Iberdrola y poner en riesgo algunas de sus actividades, dijo.

Un juzgado de Bilbao ha obligado a EDF a hacer públicos sus planes sobre la eléctrica en los medios de comunicación, aunque la francesa ha presentado una declinatoria de competencia internacional al considerar que el tribunal bilbaíno no es competente para juzgar sobre esta materia.

Además, Iberdrola ha denunciado a la francesa ante la Comisión Europa por competencia desleal.

Elogia a Miguel Sebastián

En el ámbito político el presidente de Iberdrola tuvo palabras elogiosas para el nuevo ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, a quien ha calificado de "persona capaz, abierta, muy preparada y tremendamente dialogante".

Sánchez Galán ha afirmado que trabajará "de forma constructiva" con el nuevo ministro, que ayer lunes tomó posesión de su cargo, para abordar los problemas del sector energético español.

Sin embargo eludió pronunciarse sobre la posición del nuevo titular de Industria de cara a una reordenación corporativa del sector y la creación de un campeón nacional y señaló que actualmente en España hay cuestiones más urgentes por resolver.

"Lo más acuciante no es la opa, sino las tarifas, la reducción de emisiones (de CO2) y de la dependencia del exterior", concluyó.