La ONU alerta de futuros conflictos sociales y políticos por el precio de los alimentos
- Unicef teme graves consecuencias sociales por la subida de productos como el arroz
- Peligra la labor de distribución del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas
Diferentes agencias de la ONU han dado la voz de alarma ante las graves consecuencias que podrían derivarse del aumento del precio mundial de los alimentos y han dicho que están "extremadamente preocupadas" por este fenómeno, que ya ha causado disturbios en numerosos países en desarrollo, como Pakistán, México, Egipto o Haití.
La portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Veronique Taveau, ha expresado que la situación es "extremadamente preocupante" para este organismo.
"Hay 3,5 millones de niños que cada año mueren por malnutrición. El aumento del precio del arroz, por ejemplo, hace que las familias deban reducir, a corto plazo, su presupuesto para comida", lo que podría agravar la situación de estos menores, ha advertido.
Para Unicef, la actual crisis alimentaria conlleva también "un riesgo muy grande de que en países pobres las familias saquen a los niños del colegio, porque necesitarán que vayan a trabajar. Esta sería una situación crítica", agregó Teaveau. "He oído, acerca de esta crisis, la expresión bomba de efectos retardados, y creo que es exactamente eso", subrayó.
A esta reacción internacional frente a las consecuencias de la subida del precio de los alimentos se sumaba en la jornada del lunes EE.UU., que aportará 200 millones de dólares como ayuda internacional para facilitar el acceso a los alimentos. Y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, instaba a la comunidad internacional en la reunión del Consejo Económico y Social de la ONU a tomar medidas urgentes "para evitar las implicaciones políticas y de seguridad de esta crisis creciente".
Más dinero para acceder a los recursos
La situación también empieza a adquirir tintes dramáticos para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM), que ha visto en los últimos meses cómo necesita muchos más fondos para poder asistir al mismo número de personas.
"Del dinero que recibimos el año pasado, con el 80% compramos alimentos localmente, en los países donde se iba a distribuir. Esta es parte de nuestra estrategia para reducir el impacto del alza de los precios de alimentos y combustible, comprar localmente, porque es más barato y cuesta menos el transporte", dijo la portavoz del PAM, Christiane Berthiaume.
Pero advirtió de que "debemos tener cuidado cuando hacemos esto. El PAM compra enormes cantidades de alimentos y debemos ayudar a la economía de ese país, no provocar un impacto negativo en el precio, por ello hay que encontrar un equilibrio muy delicado".
La portavoz recordó que el presupuesto total del PAM para este año es de 3.400 millones de dólares, después de haber hecho una petición extra urgente de 500 millones, a la que se sumó el presidente del Banco Mundial, Robert Zoelick, para alimentar a 73 millones de personas en 80 países del mundo. "Hasta ahora hemos recibido algo más de 800 millones de dólares, pero es obvio que necesitamos más", agregó.
Berthiaume lamentó que, como consecuencia de este alza de precios, el PAM se ha visto obligado a cesar su programa de alimentación escolar en Camboya, uno de los países del mundo donde ya ha habido los llamados "disturbios del hambre". El programa de alimentación escolar en Camboya asistía en la actualidad a 450.000 niños, para muchos de los cuales la comida en el colegio era la única caliente y equilibrada de la jornada.