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Bush prepara una fiesta al Papa por sus 81 años a la que Benedicto XVI no irá

  • El Papa cumple este martes 81años y el sábado se cumplen tres de su papado
  • Bush le ha preparado una fiesta de cumpleaños a la que Ratzinger no irá
  • La visita comienza con un espinoso asunto sobre la mesa: los curas pederastas
  • Otra cuestión de interés es la postura del Vaticano con respecto a la invasión de Irak

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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, da la bienvenida a Benedicto XVI, que vistitará el país durante seis días.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, da la bienvenida a Benedicto XVI, que vistitará el país durante seis días.

El Papa cumple este martes 81años como Joseph Ratzinger y el sábado cumplirá tres como Benedicto XVI. Lo hace durante una visita a Estados Unidos calificada de histórica, ya que es la primera vez que como pontífice va a este país, donde se encuentra desde este lunes y donde estará durante seis días en los que además de a Washington irá a Nueva York.

Por primera vez, ha sido el propio presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien ha recibido a pie de escalerilla a una personalidad, y junto a él han estado su esposa Laura y su hija Jenna.

George Bush había incluso preparado una fiesta de cumpleaños para agasajar al Papa este martes por la noche. Sin embargo, a la celebración no acudirá Ratzinger, poco amigo de actos sociales de este tipo, sí lo harán otros líderes religiosos católicos.

Así la agenda del Pontífice para este martes se compone de un encuentro con la cúpular católica estadounidense, por la mañana, y una reunión con Bush a las 16.00 horas GMT (las 18.00 horas en la península).

Aunque no se trate de una fiesta de cumpleaños, la llegada de Benedicto XVI a la Casa Blanca contará con la presencia de unas 9.000 personas. Será, según fuentes de la presidencia de EE. UU, la bienvenida más grande dada en la Casa Blanca a un mantatario internacional.

Religión y política en Estados Unidos

Antes de la recepción, el Papa se reune este martes con los obispos estadounidenses en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, donde se espera que hablen de los sacerdotes pederastas, asunto del que Ratzinger dijo sentirse "profundamente avergonzado" nada más subirse al avión que le llevaría a Norteamérica.

El episodio más escandaloso de pederastia y religión en EE. UU. tuvo lugar en 2002 y obligo a varias diócesis estadounidenses a pagar dos millones de dólares en indemnizaciones a personas que habían sufrido abusos por parte de sacerdotes.

Éste no es, sin embargo, el único asunto espinoso con que se encontrará Benedicto XVI en su visita a Estados Unidos. Otra cuestión es la invasión de Irak, a la que el Vaticano se opuso en 2003, aunque ahora ve la presencia de las tropas de EE. UU. en Irak como un elemento estabilizador y que da protección a la minoría cristiana en el país.