Crisis alimentaria, la tormenta recién empezada
Una sequía en Australia puede provocar revueltas en Haití. Un tercio de los mercados mundiales de trigo están cerrados. Se discute la oportunidad de promover los biocombustibles contra el cambio climático. ¿Qué relación hay entre todos estos signos? ¿Se trata de una coyuntura o es una crisis que ha venido para quedarse?
¿En qué consiste la crisis alimentaria?
El precio de los cereales se ha elevado vertiginosamente, haciendo que los países más pobres sufran carestía -por no poder pagarlos- de los alimentos más básicos, que en muchos casos es su único alimento. Hasta el 80% del gasto en cada hogar en los países más pobres se dedica a los alimentos, comparado, por ejemplo, con el 15% de aquellos en EE.UU.
En el caso del arroz, por ejemplo, el precio se ha duplicado. El malestar en los países más golpeados por la crisis ha provocado ya disturbios de mayor o menor intensidad en Camerún, Senegal, Egipto, Etiopía, Haití, Indonesia, Italia, Costa de Marfil, Mauritania, Filipinas, Tailandia, Uzbekistán o Yemen, y amenaza con encender el conflicto en otros lugares.
Rusia, Ucrania, Argentina o Kazajstán han vetado la venta de trigo. En total, en torno a un tercio de los mercados mundiales de trigo están cerrados. Indonesia, Vietnam, Egipto, China, Camboya o India ya han cerrado sus exportaciones de arroz.
¿Por qué se han disparado los precios de los alimentos básicos?
Se trata de un cúmulo de causas:
- Europa se ha visto castigada con cosechas pobres desde 2005.
- Australia, uno de los principales exportadores de arroz del mundo, sufre el sexto año de sequía, que ha diezmado su producción.
- La creciente demanda de biocombustibles elaborados con maíz para luchar contra el cambio climático y como alternativa al encarecimiento del petróleo.
- El crecimiento económico de China e India los convierte devoradores de materias básicas.
- El descenso en el porcentaje de PIB invertido en agricultura en todo el mundo.
- Es posible que el impacto del cambio climático ya se esté notando en las malas condiciones climáticas que están golpeando las cosechas a nivel global.
- El aumento del precio del petróleo encarece el combustible utilizado por la maquinaria agrícola.
- Un creciente número de expertos consideran que la producción global de cereales no ha disminuido, pero no descartan que se esté produciendo una especulación alimentaria por parte de quienes almacenan grano para encarecer su precio y hacer dinero con ello.
¿Por qué la ONU habla de "proporciones de emergencia" de la crisis?
Algunos países, la mayoría de ellos en África, tendrán que importar un 2% menos de cereales en el ejercicio 2007-08 pero pagará un 35% más por ellos, por segundo año consecutivo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La FAO ha dicho que tendría que recortar su ayuda a 73 millones de personas si no recibía fondos de emergencia antes del 1 de mayo.
¿Qué otros motivos de fondo pueden esconderse en la crisis?
Algunos expertos consideran que esta crisis es "el precio de la complacencia". En los años 70, durante la llamada Revolución Verde, hubo numerosos avances técnicos y científicos que mejoraron la producción agraria.
El fruto de las cosechas crece ahora en menos del 1% al año, mientras que la demanda mundial de grano y materias primas agrícolas crece al 1,3%. Este desfase fue ignorado hasta 2000, cuando las cosechas fueron pobres en Asia y la demanda en la región provocaron que las reservas de grano mundiales cayeran del 37% al 17% en tres años, acabando con los excedentes almacenados durante una década.
¿Tiene solución la crisis?
Para muchos comentaristas, el problema no es que falten alimentos en el mundo (el pasado año hubo un récord mundial de cosechas de cereales), sino que estos están en el lugar inadecuado y a un precio que los más pobres no se pueden permitir. Para ellos, es necesaria una nueva revolución que no dé el pescado a los pobres, sino que les enseñe a pescar: menos alimentos traídos del exterior y mayor desarrollo de la agricultura en los propios países en desarrollo.