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Cascos recuerda a Rajoy que 'con afinidades personales no se ganan las elecciones'

  • El objetivo del PP 'es ganar elecciones, no congresos'
  • Considera que la estrategia del Gobierno de Zapatero 'es eficaz'
  • Para Cascos, 'con afinidades personales no se gana'

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El ex vicepresidente del Gobierno, Francisco Alvárez Cascos, considera que no es un buen comienzo que Mariano Rajoy haya optado por personas más afines, 'sacrificando a personas de más peso y mejor preparadas' y sostiene que la política no es cuestión 'de oposiciones y de amistades' y que con 'afinidades personales no se gana'.

A lo largo de una extensa entrevista en La Clave, Alvárez Cascos justifica haber roto su silencio porque quiere que el PP 'gane las próximas elecciones y que se hagan mejor las cosas'. Además, recuerda que la UCD se rompió por las baronías y se queja de que en este momento haya 'mucha gente hablando en voz baja', sin atreverse a decir en alto lo que piensan.

Problemas del PP

El ex ministro de Fomento asegura que los mayores problemas del PP están en Cataluña, País Vasco, Andalucía, Aragón y Asturias, en su opinión, en las dos primeras comunidades hay que 'dejar de hacer discursos pensados para ganar votos en el resto de España', a costa de los votantes populares en esas regiones.

Cascos ha subrayado que el fin del PP 'es ganar elecciones, no ganar congresos' y cree que con Rajoy será posible ganar en la medida en que esté dispuesto a 'impulsar la renovación que necesita el partido para garantizar la victoria' en las elecciones.

Estrategia estética y eficaz

En otro momento, define la estrategia del Gobierno Zapatero como de 'salón de estética', basada en 'bellas imágenes y mucha anestesia', ya que se publicita siempre rodeado de gente que cae o da bien, 'modelos parecidos a los de los carteles de tratamientos adelgazantes'.

Eso sí, cree que el jefe del Ejecutivo ha demostrado que su estrategia es 'muy eficaz', como lo demuestran los resultados electorales y que para que los populares conecten con los ciudadanos hay que tener un discurso 'realista, sin hipotecas frente a los grupos económicos o mediáticos' y que el PP lo lidere 'un equipo sólido de personas prestigiosas, serias y eficaces'.