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Condenan a las 'viudas negras' por matar a dos vagabundos para cobrar sus seguros de vida

El asesinato se organiz

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Un jurado de Los Ángeles (EE.UU) ha declarado culpables a las dos ancianas conocidas como las "viudas negras", acusadas de matar premeditadamente a dos vagabundos para cobrar unas pólizas millonarias de seguro de vida.

La sentencia, aún de carácter parcial, determina que Helen Golay, de 77 años, había perpetrado los crímenes y conspirado para estafar por 2,8 millones de dólares (1,75 millones de euros) a las compañías aseguradoras en las que, previamente, había contratado seguros para los dos fallecidos.

Su amiga, Olga Rutterschmidt, de 75 años, ha sido declarada culpable de conspirar para cometer asesinato, aunque el jurado aún está considerando si sumar a su sentencia los dos homicidios y un segundo cargo por conspiración.

Golay se enfrenta a cadena perpetua, mientras que Rutterschmidt encara una pena de 25 años entre rejas. Las dos mujeres recibieron con evidente angustia la sentencia del jurado.

  

El caso ha suscitado mucho interés mediático e incluso de la industria de Hollywood por sus similitudes con el clásico del cine "Arsenic and Old Lace" (1944), una comedia en la que el actor estadounidense, de origen inglés, Cary Grant (1904-1986) descubría que sus tías envenenaban a hombres ancianos como un acto de caridad.

En este caso, los dos vagabundos muertos, Paul Vados y Kenneth McDavid, de 73 y 50 años, fallecieron atropellados por un vehículo que se dio a la fuga en 1999 y 2005, respectivamente.

El jurado ha tenido en cuenta que había pruebas suficientes contra las ancianas, acusadas de hacerse amigas de los vagabundos, alojarles en apartamentos y contratarles seguros de vida millonarios que cobrarían ellas después de su muerte, que llegó de forma súbita y violenta.

La acusación decidió el año pasado no pedir la pena capital para las presuntas asesinas porque, debido al funcionamiento del sistema judicial, las apelaciones podrían posponer su ejecución durante 10 años. Con su avanzada edad, existía la posibilidad de que estas mujeres muriesen en prisión sin resolver el litigio.

En el momento de su fallecimiento, la vida de uno de los vagabundos estaba protegida por más de una docena de pólizas de seguros, mientras que el otro sumaba 23.

La policía empezó a sospechar de las ancianas tras la muerte de Kenneth McDavid, cuyo atropello fue grabado por tres cámaras de seguridad, lo que permitió a los agentes dar con el vehículo y relacionar los sucesos, debido a que ambos cuerpos presentaban heridas que indicaban que estaban tumbados antes de ser arrollados por el automóvil.