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Imanes que guían hasta los tumores

  • El tratamiento usa microimanes para ayudar a los fármacos a que lleguen al tumor
  • El método ha sido desarrollado por científicos británicos
  • Se evita que las células sanas sufran los efectos tóxicos de los fármacos

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Científicos británicos han desarrollado un tratamiento revolucionario que utiliza imanes microscópicos para guiar directamente a los fármacos empleados en la quimioterapia hasta los tumores.

Al atacar el tumor con total precisión se evita que las células sanas sufran los efectos tóxicos de esos fármacos, al tiempo que se incrementa su eficacia contra los tumores malignos.

Directos al tumor

En experimentos llevados a cabo con ratones, los investigadores insertaron los imanes microscópicos en monocitos, es decir glóbulos que se usan para transportar los fármacos, e inyectaron luego esas células en la corriente sanguínea.

Los investigadores colocaron entonces un pequeño imán sobre el tumor para crear así un campo magnético y vieron que atraía los monocitos al tumor en mucho mayor número.

El método, del que da cuenta en su último número la revista "Gene Therapy", ha sido desarrollado por los profesores Claire Lewis, de la Universidad de Sheffield, Jon Dobson, de la de Keel, y Helen Byrne y Giles Richardson, de la de Nottingham.

Ataque ineficiente

Las células humanas se han venido utilizando durante bastante tiempo en la terapia anticancerosa, pero el problema es que con frecuencia no llegaban al tumor en cantidad suficiente para atacarlo con eficacia, algo que esos expertos han resuelto ahora.

Según la experta, Claire Lewis, "el uso de nanopartículas para reforzar la absorción por los tumores de células armadas terapéuticamente puede señalar el comienzo de una nueva era en la terapia génica". "La nueva técnica podría también emplearse para transportar genes terapéuticos en el tratamiento de otras enfermedades como la isquemia o la artritis de las articulaciones", señala la experta.

El próximo paso, descrito en la citada revista científica, consistirá en emplear técnicas de imágenes por resonancia magnética para crear un campo magnético en torno a los tumores profundos del hígado, los riñones y el cerebro.

"De esa forma lograremos transportar las células terapéuticas a zonas que son normalmente muy resistentes y resultan fatales para el enfermo", apunta Lewis.