Lino Oviedo, un general gopista

El general retirado Lino Oviedo, con un controvertido pasado, pretende cumplir su promesa de gobernar Paraguay una década después de que fuera apartado de la lucha por la Presidencia por dirigentes del Partido Colorado, al que ahora pretende desalojar del poder.

Nacido en 1943, Oviedo ha sido acusado, entre otras muchas cosas, de ser uno de los hombres más ricos del país, con una fortuna fraguada a la sombra de la pasada dictadura, de cuya caída fue protagonista como lugarteniente del cabecilla de ese golpe de Estado, el ex presidente Andrés Rodríguez. Pasó a la historia cuando el 3 de febrero de 1989, siendo coronel de caballería, conminó pistola en mano al dictador Alfredo Stroessner a que se rindiera.

Formado en una escuela militar de Alemania, su meteórica carrera le llevó en 1993 a ser nombrado jefe del Ejército, cargo del que fue apartado el 22 de abril de 1996 tras haber tratado de forzar la renuncia del presidente Juan Carlos Wasmosy.

Oviedo derrotó a Luis María Argaña en las primarias para elegir al candidato colorado en los comicios de 1998, pero su candidatura fue impugnada por su condena en el tribunal militar que juzgó la asonada de 1996.  Al final, el Partido Colorado ganó con el tándem con Raúl Cubas y Argaña de número dos.

La tensión política acabó con sangre por el asesinato de Argaña, el 23 de marzo de 1999, por el que Oviedo sigue procesado como presunto inductor. La crisis forzó la renuncia de Cubas y el exilio de Oviedo a Argentina y Brasil.

A su regreso a Paraguay en el 2004 fue recluido en una cárcel militar. Salió de prisión hace siete meses y se presenta al frente de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE).

En la campaña ha justificado su riqueza por sus rentas como militar retirado y propietario de una gasolinera y una finca en Caacupé, cerca de la capital Asunción. También dice contar con todo el apoyo de sus seis hijos y de su esposa, Raquel Marín, de origen argentina