El Papa reza por la paz en la 'zona cero' de Nueva York en su última día de visita en EE.UU.
- Varios familiares de víctimas del atentado del 11-S le han acompañado.
- Antes de violver a El Vaticano, ha oficiado una misa en el estadio de los Yankees.
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En su último día de estancia en Estados Unidos, el papa Benedicto XVI ha rezado en la zona cero de Nueva York con varios familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, en una emotiva y breve ceremonia que ha devuelto a la memoria de los neoyorquinos los recuerdos de hace casi siete años.
En el escenario del peor atentado terrorista sufrido por Estados Unidos y en un día gris, frío y amenazando lluvia, el Papa ha orado con un grupo de personas por los casi 3.000 muertos que causaron terroristas de Al Qaeda al estrellar dos aviones comerciales contra las Torres Gemelas de Nueva York.
Benedicto XVI ha cruzado en su papamóvil, acompañado por el arzobispo de Nueva York, Edward Egan, y su secretario personal, Georg Ganswein, la rampa que sirvió para sacar del enorme socavón que dejaron las Torres los cuerpos de las víctimas y por donde ahora se entra a la reconstrucción del lugar.
"Paz a nuestro violento mundo"
Tras bajar del vehículo, se ha dirigido a un pequeño altar con los colores vaticanos, blanco y amarillo, en donde se ha arrodillado, ha rezado una oración en privado y ha encendido una vela por las víctimas.
"Dios de paz, tráenos tu paz a nuestro violento mundo: paz en los corazones de todos los hombres y mujeres de las naciones de la tierra... Lleva tu amor a los corazones y las mentes de quienes están consumidos por el odio", ha pedido el pontífice.
Poco después, representantes de la Policía, del servicio de bomberos y de la autoridad portuaria, todos acompañados de víctimas del atentado, han saludado y besado el anillo de Benedicto XVI, al igual que el grupo de familiares.
Misa multitudinaria
El último acto en suelo estadounidense de Benedicto XVI ha sido una misa en el estadio de los Yankees, que tiene capacidad para 57.000 personas, y en el que también celebraron misa sus antecesores Pablo VI en 1965 y Juan Pablo II hace 12 años.
En su homilía, el Papa ha afirmado que cualquier decisión de la vida política no puede prescindir de la fe. "Hay que rechazar la falsa dicotomía entre la fe y la vida política", ha dicho, añadiendo que "ninguna actividad humana, ni siquiera en los asuntos temporales, puede sustraerse a la soberanía de Dios".
Por ello, el pontífice ha elogiado a Estados Unidos, un país donde "los católicos han encontrado no sólo la libertad para practicar su fe, sino también para participar plenamente en la vida civil, llevando consigo sus convicciones morales a la esfera pública, cooperando con sus vecinos a forjar una vibrante sociedad democrática".