Un año sin Boris Yeltsin
- Se inaugura en Moscú un monumento de homenaje al ex presidente ruso
- Entre los asistentes al acto se encuentran Vladímir Putin y su sucesor Dmitri Medvedev
- El resto del país es escenario de otros actos conmemorativos
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Hoy se cumple un año de la muerte del primer presidente de la Rusia postsoviética, Boris Yeltsin. Y la nueva Rusia rinde estos días homenaje al hombre que llevó las riendas de la nación desde finales de 1991 -cuando se firmó el certificado de defunción de la Unión Soviética- hasta el último día de 1999.
Vladímir Putin, quien el próximo 7 de mayo cederá la presidencia del gigante euroasiático a Dmitri Medvedev, fue primer ministro y delfín de Yeltsin antes de convertirse en el hombre fuerte del país. Tanto Putin como Medvedev han participado en el acto principal de homenaje a Yeltsin con motivo del aniversario de su fallecimiento: el levantamiento de un monumento a su persona en el cementerio de Novodiévichie de la ciudad de Moscú.
En dicha ceremonia, Putin ha elogiado la figura de su predecesor, al que ha calificado de "uno de los políticos más brillantes del siglo XX, que influyó de manera fundamental no sólo en el desarrollo de nuestro país, sino, y sin exagerar, en el curso de la historia mundial". Putin ha añadido que "los agitados años 90 fueron una época de cambios precipitados y de gente extraordinariamente valiente, de personajes capaces de ir contra corriente, llamados a nuevos objetivos y que arrastraban tras de sí a una gran multitud. Boris Nikoláevich Yeltsin forma parte sin duda alguna de esa pléyade".
Durante la ceremonia de presentación del monumento, Tamara Yumásheva, hija de Yeltsin, ha señalado que a la familia le gustó la obra desde el primer momento en que la vieron. Ha agregado que lo que querían evitar era un "retrato en la lápida". Según Yumásheva, "el acabado de la escultura es perfecto, no le sobra nada".
El autor del monumento a Yeltsin es el escultor ruso Gueorgui Frangulián, autor de muchas otras obras emplazadas en ciudades de toda Europa. "Tuve claro desde el principio el concepto de la escultura. Por eso, en sólo una hora y sin plantearme dudas, diseñé todos los bocetos", ha señalado el artista. Según Frangulián, "el monumento de un hombre tan poderoso como Boris Nikoláevich debía reflejar no sólo su aspecto físico sino también su energía positiva, su carisma".
Otros homenajes en su país
Los compañeros de clase del presidente en su época de estudiante de la Universidad Técnica Estatal de los Urales, entre los años 1950 y 1955, han depositado flores ante el Centro Yeltsin de los Urales en la ciudad de Yekaterimburgo. Dentro de los homenajes a Yeltsin se inscribe también un decreto gubernamental para poner su nombre a la Universidad Técnica Estatal de los Urales.
Asimismo, en Yekaterimburgo se ha descubierto una placa en el número 1 de la nueva calle Boris Yeltsin, que antes llevaba el nombre de calle del 9 de enero. En Butka, aldea natal de Yeltsin en los Urales, también fue descubierta una placa en su memoria. La placa, elaborada en mármol negro y colocada en la casa que construyó el padre de Yeltsin, lleva la inscripción: "En mi vida hice lo fundamental. Rusia nunca volverá al pasado. Rusia sólo irá hacia adelante".
La presidencia de Yeltsin marcó una etapa en la historia del país más extenso del mundo. El ruso fue un líder polémico, al que se recuerda no sólo por su importante papel político sino también por anécdotas ajenas por completo a la res publica. En YouTube abundan los vídeos en los que aparece en estado de ebriedad o protagonizando escenas fuera de tono, episodios que pusieron en más de un aprieto a los integrantes de su comitiva.