Inyectar azufre en la atmósfera para bajar la temperatura podría reducir la capa de ozono
En los últimos años los expertos en climatología han planteado diversos planes de geoingeniería para enfriar el planeta y mitigar los impactos más graves del calentamiento global. Una de esas ideas, planteada por el danés Paul Crutzen, Premio Nobel de Química 1995, y otros científicos, consistiría en inyectar grandes cantidades de partículas de azufre en la estratosfera para bloquear los rayos del sol.
Esta inyección de azufre para neutralizar el aumento de las temperaturas podría reducir más la capa de ozono que protege la Tierra, según un estudio que publica la revista Science. La ozonosfera impide el paso a través de la atmósfera de la mayor parte de los rayos ultravioleta del sol que son la principal causa de los melanomas, uno de los tipos más mortales de cáncer de piel.
Según Simone Tilmes, del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés), "es necesario que se realice una mayor investigación antes de intentar soluciones de geoingeniería" que podrían retrasar durante décadas la recuperación de la capa de ozono sobre la Antártida.
Efectos peligrosos
Además en su informe Tilmes señala que la investigación establece que "tratar de enfriar artificialmente el planeta podría tener efectos secundarios peligrosos", ya que las hipotéticas inyecciones sulfúricas en la estratosfera destruirían entre uno y tres cuartos de la capa de ozono sobre el Ártico.
El impacto sería probablemente menor durante la segunda parte de este siglo como resultado de los acuerdos internacionales que prohíben la producción de sustancias químicas, entre ellos los aerosoles, que se consideran como la principal causa de la reducción de la capa de ozono.
En 1987, la comunidad internacional se comprometió a través del Protocolo de Montreal a reducir la producción de sustancias conocidas como clorofluorocarbonos que causan las reacciones químicas que destruyen el ozono.