GTA IV: Sexo, drogas y mucha sangre
- Sale a la venta la cuarta entrega del controvertido Grand Theft Auto
- El protagonista es un aprendiz de mafioso en una ciudad sin ley
Unos dicen que es el videojuego perfecto. Otros lo tachan de violento y de denigrante para la mujer. Lo cierto es que cada nueva entrega del Grand Theft Auto levanta tantas pasiones como críticas. La cuarta, que se pone hoy a la venta, promete, además, batir records: sus creadores esperan vender seis millones de copias sólo en la primera semana.
¿La razón de tanto revuelo? El nombre lo dice todo: GTA IV: Liberty City, una ciudad sin ley en la cada jugador elige ser todo lo malo que quiera: puede robar, matar, conducir ebrio o contratar los servicios de una prostituta. La polémica, como ocurrió en ediciones anteriores, está servida.
Libertad total
El protagonista del videojuego es un emigrante con pocos escrúpulos llegado de Europa del Este. Su misión será hacerse un hueco entre las redes criminales y mafiosas de la ciudad. Un paseo por los bajos fondos en el que la libertad de elección es absoluta.
"Puedes haces lo que quieras. Puedes vivir una experiencia con una libertad y una amplitud que no puedes vivir en otros videojuegos", explica a RTVE.es Carlos Iglesias. El secretario general de ADESE, la 'patronal' española de los videojuegos, cree que la cuarta entrega de la saga GTA "va a romper todas las previsiones, como han hecho las anteriores".
Y todo apunta a que está en lo cierto: meristation, una de las web de referencia en el mundo de los videojuegos, califica a GTA IV como el "videojuego diez". Fuera de España, metacritic, un portal que elabora rankings a partir de críticas publicadas en diferentes medios de comunicación, otorga al polémico videojuego 99 puntos sobre 100.
Sólo para adultos
El realismo del juego es tal, que la propia distribuidora lo ha clasificado para mayores de 18 años. "En la caja lleva iconos descriptores de lenguaje soez y de violencia", explica Carlos Iglesias. Un sistema, según ADESE, "suficientemente claro" para advertir a los consumidores: "Los padres son los que tienen que controlar que los menores no accedan a contenidos inadecuados, tanto en videojuegos como en cine", defiende Iglesias.
Este sistema de clasificación por edades, conocido por las siglas PEGI, funciona a nivel europeo. Sin embargo, Amnistía Internacional lo rechaza de plano: "Nos hemos opuesto siempre al código PEGI porque es un código de autorregulación que se imponen las propias distribuidoras", explica el portavoz Ángel Gonzalo.
"Se han cometido auténticas barbaridades estos años, con videojuegos como GTA San Andreas, que consideramos denigrantes para la mujer. El Gobierno debería tomar cartas en el asunto para tener una ley que realmente regule el acceso de los menores a este tipo de contenidos", denuncia a RTVE.es.
Lo cierto es que, a pesar de la polémica, o quizá gracias a ella, los creadores de la saga GTA presumen de haber vendido ya cerca de 65 millones de copias en todo el mundo.