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Un calamar con ojos como platos

  • El 'calamar colosal' capturado en la Antártida tiene los ojos más grandes del reino animal
  • Está siendo analizado por científicos neozelandeses
  • El siguiente paso será determinar su sexo

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Imagen de un calamar colosal de dos metros capturado en las costas del Mar de Tasmania, en Nueva Zelanda.
Imagen de un calamar colosal de dos metros capturado en las costas del Mar de Tasmania, en Nueva Zelanda.

Ojos como un plato grande y globos oculares del grosor de una naranja. Así es el ojo del 'calamar colosal', un invertebrado de ocho metros de largo cuyos misterios han empezado a desvelar un equipo de biólogos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda).

Ellos están estudiando un ejemplar casi único capturado por unos pescadores en las costas de la Antártida en julio de 2007. Desde entonces ha estado congelado, dispuesto a ser diseccionado para descubrir los misterios de una de las especies menos conocidas del océano, debido a que vive a gran profundidad.

"Son muy raros, éste es uno de los aproximadamente seis especímenes que se han conseguido", ha explicado la directora del Museo Nacional de Nueva Zelanda, Carol Diebel, quien agregado que el ejemplar está "completamente intacto y en una condición fantástica".

El primer paso será determinar el sexo del calamar, ya que hasta el momento no se ha capturado ningún macho.

Según ha precisado Steve O'Shea, biólogo de la Universidad de Auckland, después se medirá el cuerpo del animal, al que conservan en un tanque con 7.000 litros de solución salina, y le extraerán el estómago y otras partes de su sistema digestivo.

O'Shea ha señalado también que la autopsia del molusco ayudará a conocer cómo viven en realidad estos animales, de los que no se ha apresado ninguno vivo.

Un depredador devorado

Estas criaturas son carnívoras, pueden descender hasta dos kilómetros bajo el mar y son conocidos por su voracidad. En concreto, caza con dos tentáculos prensiles que sobresalen sobre otros ocho más pequeños y que están dispuestos de ventosas y garfios con los que mata a sus presas.

Tras el examen, también habrá un hueco para la cocina, ya que el biólogo neozelandés ha admitido que cocinarán los anillos de calamar -que tienen el tamaño de neumáticos de tractor- aunque cree que sabrán demasiado al amoniaco que estos animales acumulan en su piel.