Putin cede el mando a Medvédev en Rusia
- Deja la Presidencia tras ocho años, aunque será primer ministro
- Su sucesor ya ha anunciado que su política será continuista
Tras casi una década al frente de la Federación Rusa, Vladímir Putin abandona este miércoles la Presidencia del país más extenso del mundo, que a partir de ahora regirá su delfín, Dimitri Mevdeved, de 42 años, el dirigente ruso más joven de Rusia desde el zar Nicolás II.
Medvedev ya ha anunciado que su política seguirá las líneas trazadas por su predecesor, cuya política ha tenido un único objetivo en ocho años de Gobierno: recobrar la posición de potencia mundial que Rusia ostentaba cuando encabezaba la U.R.S.S.
A juicio de la mayoría de los rusos, lo ha conseguido: la economía rusa está floreciendo, la insurgencia chechena ha sido acallada y el país recupera esta semana la exhibición de su poderío militar con una parada al estilo soviético, el próximo viernes, con los tanques desfilando en la Plaza Roja de Moscú.
Acumulación de poder
La minoría opositora y muchos Gobiernos occidentales se preguntan, sin embargo, por el precio de esa política: los críticos le acusan de acumular poder a costa de los principios democráticos y del respeto a los derechos humanos.
Putin seguirá dirigiendo, al menos en parte, los destinos del país, ya que está previsto que el jueves la Duma -la cámara baja del Parlamento ruso- le confirme como primer ministro del nuevo Gobierno de Medvedev.
El nuevo presidente, por lo tanto, mantendrá cerca a su poderoso precedesor y mentor, hasta el punto que muchos le perciben como una mera marioneta de Putin. Es revelador que el futuro Primer Ministro tenga previsto reunirse después de su nombramiento con los líderes de los grupos parlamentarios, no en la Duma, sino en el Kremlin, la sede presidencial.
El último discurso
La ceremonia de traspaso de la presidencia comenzará a mediodía (8.00 GMT, 10.00 hora peninsular española), cuando el jefe de Estado saliente llegue al Gran Palacio del Kremlin. Una vez esté presente su sucesor, Putin pronunciará un discurso, el último como presidente de Rusia, antes de ceder el mando a Medvedev.
Después de la tradicional salva de 30 cañonazos, ambos pasarán revista a la guardia presidencial en la plaza de la Catedral, dentro del recinto del Kremlin.