Elisabeth quería irse de casa cuando su padre la encerró en el sótano
- La víctima del mostruo de Amstetten envió tres cartas a un amigo en 1984
- En las misivas relata sus planes para buscar trabajo en otra localidad austriaca
- Las cartas han sido publicadas este jueves por el diario "Österreich"
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Cuando Josef Fritzl encerró a su hija Elisabeth en el sótano de su vivienda, la entonces joven de 18 años buscaba trabajo para poder abandonar la casa paterna. Así lo revelan tres cartas que la joven envió a un amigo en 1984 y que han sido publicadas este jueves por el diario "Österreich".
"Después del examen (..) me voy a vivir con mi hermana y su amigo. (..) Ellos no pueden pagar solos el apartamento. Para mí es muy accesible. Tengo dos habitaciones para mi sola y sólo pago 1.200 (chelines, unos 87 euros)", escribió Elisabeth el 9 de mayo de 1984.
Unas semanas más tarde, relata sus planes ir a buscar trabajo a la localidad austríaca de Traun, tras haber escogido de la prensa diversos anuncios. "El lunes voy a Traun. Copié del diario todas los puestos libres de trabajo y ahora tengo que verlos uno a uno. Ojalá encuentre lo adecuado. ¡Deséame suerte!.", se lee en la segunda carta. En esta misiva cuenta a su amigo que "podría trabajar como asistente de dentista" o también como "ayudante de cocina" en un restaurante.
Las cartas revelan que Elisabeth era una chica "normal", que le gustaba salir con sus amigos y hermanos.
"Yo tengo seis hermanos, cuatro chicas y dos varones. Mi hermano Harald, de 21 años, es a quien más quiero. Siempre estoy con él. Sólo que ahora está en el servicio militar hasta octubre", dice la segunda carta.
Solo tres semanas antes de que empezara su penoso cautiverio de 24 años impuesto por su padre, el 3 de agosto de 1984 vuelve a expresar su cariño por su hermano Harald.
Firmaba como "Sisi"
"De mi hermano, que tiene 21 años, estoy muy orgullosa. Conozco sus problemas y él, los míos. Nunca permitiría que le pasara nada. ¿Tú también te entiendes con tus hermanos? Espero que sí", dice entonces Elisabeth en estos escritos que firmaba como "Sisi", el apodo que también tenía la famosa emperatriz austríaca de igual nombre, esposa de Francisco José.
"En realidad me va bien. Sólo a veces tengo todavía dolores", relata su estado aparentemente tras una enfermedad, mientras que otras veces cuenta de fiestas del fin de semana y otras diversiones en su tiempo libre.
"Voy a nadar, a jugar tenis, también fútbol. Me gusta escuchar música y soñar sin hacer nada. Pero si la vida sólo consistiera de sueños, pues no sé... Y luego no debo olvidar salir por ahí. En realidad, es lo que más me gusta", escribe.