La justicia afirma que la joven prostituta de Barcelona no es disminuida ni estaba cautiva
El TSJC afirma que no sufre ninguna patolog
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha afirmado que la joven que, según informó en un primer momento la Policía Nacional, padecía una disminución psíquica y era obligada a prostituirse en el barrio del Raval de Barcelona, no sufre ninguna patología psíquica y ejerce la prostitución voluntariamente.
La detención de sus presuntos captores, según han explicado a RTVE.ES fuentes de la Policía Nacional, parte de una denuncia realizada a través de Interpol desde Praga por la madre de la joven de 27 años, de origen checo, al sospechar que estaba siendo explotada sexualmente.
Tras localizar a la joven en un piso de la calle Sant Ramon, en el barrio del Raval, los agentes detuvieron el pasado 29 de abril a un hombre de nacionalidad eslovaca y a una mujer de origen checo como presuntos explotadores.
En libertad con cargos
Los detenidos, puesto a disposición judicial, ha sido liberados con cargos por la juez de guardia que instruye el caso, aunque las diligencias contra Anton B., de 36 años, y Frantiskas K., de 59, continúan abiertas para esclarecer si ha habido un delito por favorecer la prostitución de una tercera persona con ánimo de lucro.
El TSJC ha emitido un comunicado en el que explica que la juez de guardia decretó su libertad provisional porque no hay pruebas de "una situación de maltrato o violencia de los imputados respecto a la joven", que además reconoció que ejercía la prostitución "de forma voluntaria".
Ninguna patología
La nota explica que la joven, que declaró en dependencias judiciales el pasado domingo, se sometió a un informe forense que "no detectó en la exploración psíquica ninguna patología". "Este es el único informe médico de la joven de que dispone el juzgado, ya que en ningún momento la policía ha aportado ningún otro, pese a ser solicitado reiteradamente", añade el TSJC.
Tras la exploración, la joven, que presentaba un buen aspecto físico, declaró que "era feliz" y que "le gustaba el trabajo que hacía", y admitió que vivía con los dos imputados "porque quería". También explicó que ya se prostituía en la República Checa, donde tiene un hijo, al que envía dinero.
El TSJC insiste en que "nadie ha aportado al juzgado prueba alguna de que la joven padezca una enfermedad mental o que tenga un nivel de deficiencia elevado".
Mientras, la joven ha abandonado centro de acogida en el que estaba ingresada y, según diversas fuentes, podría haber vuelto con sus presuntos captores.