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Naufraga un barco de la cruz roja junto a la zona más castigada por 'Nargis'

  • Llevaba ayuda para ayudar a 1.000 víctimas de la catástrofe natural
  • Un árbol tirado por el ciclón ha hecho que el barco se hunda
  • La disiencia acusa a la junta militar de convertir los campos de refugiados en cárceles

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DAÑOS EN BIRMANIA
Fotografía cortesía de la Cruz Roja Internacional que muestra los destrozos sufridos en Bogolay.

La desgracia no deja al delta de Irrawaddy, la zona más castigada por 'Nargis'. Un barco de la Cruz Roja con ayuda humanitaria para cerca de 1.000 personas ha naufragado en esta zona tras chocar contra los escombros provocados por el ciclón.

"La tripulación ha podido salvarse y llegar hacia una isla junto las cuatro personas de la Cruz Roja que iban en el barco", ha declarado a la CNN el portavoz de esta organización, Joe Lowry.

Sin embargo, la mayoría de los víveres se han perdido. Entre ellos, 100 bolsas de arroz, 5.000 litros de agua portable, 10.000 pastillas depuradoras de agua, 200 contendores para almacenar agua, 10 camillas y 30 cajas de ropa y productos del hogar como jabón.

El responsable del naufragio ha sido un árbol que estaba sumergido, impidiendo la llegada de la embarcación a la castigada localidad de Bogalay, una de las más castigadas por el ciclón.

"Es la primera vez que mandábamos un barco con tanta ayuda, la gente de Curz Roja está muy triste por lo que ha ocurrido", ha añadido Lowry.

Más ayuda

Por su parte, un avión militar estadounidense con ayuda humanitaria aterrizará en Myanmar en una misión que la administración norteamericana espera que sea el primer paso  para poder enviar a expertos en desastres naturales.

Por este motivo, los militares nortamericanos pretenden reunirse cara a cara con los líderes de la Junta Militar para obtener permiso para distribuir ayuda en las zonas más remotas con sus helicópteros.

En este sentido, el comisario de Ayuda al Desarrollo de la UE, Lous Michel, ha pedido que los responsables de estas políticas de los 27 países miembros se reúnan el próximo 13 de mayo en Bruselas para adoptar una postura común sobre la situación en Birmania y discutir de manera directa con las autoridades birmanas la forma de acceder a las zonas más remotas para hacer llegar la ayuda humanitaria.

Refugiados como presos

La Junta Militar ha sido acusada de obstaculizar la labor de la ONU y las agencias de ayuda humanitaria que se han acercado a Birmania para ayudar a los refugiados por el desastre natural.

La última denuncia proviene de la oposición, que ha desvelado que los militares gestionan los campos de refugiados por el tifón Nargis como prisiones fuertemente vigiladas, a cuyos "reclusos" se les controlan las visitas y no pueden salir del recinto para buscar a sus familiares desaparecidos.

Según fuentes de la disidencia, los refugiados están vestidos con ropa similar a la carcelaria y un número de registro que deben mostrar siempre, y sólo pueden ser visitados por un miembro de su familia que así lo acredite con un documento oficial.