Cae una red de falsificadores de tarjetas de crédito que había estafado más tres millones de euros
- La Policía ha detenido a 14 personas de nacionalidad búlgura
- Los arrestados vivían en Madrid, Valencia, Sevilla y Portugal
- Les han incautado más de 200 tarjetas clonadas y varias mini cámaras
La Policía Nacional ha detenido a 14 personas, todos de nacionalidad búlgara, que formaban parte de una red criminal internacional dedicaba a clonar tarjetas de crédito con un dispositivo técnico desconocido hasta ahora en España, con el que grababan y almacenaban miles de bandas magnéticas.
Según ha informado la Jefatura Superior de Policía, los componentes de esta red de falsificadores están acusados además de manipular cajeros automáticos y de actuar en células que operaban durante periodos cortos de tiempo en España, para después pasar largas temporadas en Bulgaria.
La Policía calcula que esta banda podría haber defraudado más de 3.000.000 euros mediante la extracción de dinero en cajeros automáticos, utilizando tarjetas de crédito falsas.
Estas tarjetas las fabricaban con un novedoso dispositivo técnico, del tamaño de una caja de cerillas, que permitía almacenar miles de numeraciones y que los falsificadores colocaban en los cajeros para leer y grabar las bandas magnéticas.
Además, la red instalaba micro-cámaras en los cajeros para obtener los números secretos de las tarjetas y posteriormente, extraer dinero, por lo que este ilícito "negocio" se había convertido en uno de los más lucrativos de la delincuencia europea.
En la operación, denominada 'Milán', han colaborado la Policía Judicial de Madrid, la Brigada de Investigación de Banco de España, así como la Policía de Alicante y de Bulgaria.
La investigación se inició hace más de un año y ha culminado con la desarticulación total del grupo, así como con la incautación de más de 200 tarjetas clonadas, micro-cámaras, lectores grabadores, frontales alterados para instalar en las entidades bancarias y útiles para la falsificación de las "bocas" de los cajeros.
El grupo actuaba sobre determinados modelos de cajeros, especialmente los de una conocida entidad bancaria, que habían sido previamente estudiados por los "ingenieros" de la organización, de manera que sabían perfectamente dónde y cómo colocar los dispositivos disimuladamente para que no fueran fácilmente detectados.
La red de falsificadores se estructuraba en células, cada una de las cuales estaba compuesta por dos o tres personas con un especialista técnico al frente, lo que les permitía una gran movilidad geográfica internacional y hacer frecuentes cambios en su composición y de lugar.
Además, el grupo facilitaba dispositivos de copiado de tarjetas a otros grupos criminales de individuos de origen búlgaro con los que estaban relacionados.
La organización contaba con normas de control y disciplina interna, lo que, unido a su amplia movilidad geográfica, ha hecho muy laboriosa la investigación policial, que ha tenido que desarrollarse en varias fases, lo que ha permitido desarticular siete células en distintos países, entre ellos Portugal, aunque la mayor incidencia de la banda se produjo en Madrid.
De los 14 miembros de red detenidos, cinco lo han sido en Madrid, 4 en Getafe, 1 en Valencia, 1 en Sevilla y 3 más en Portugal y todos ellos tienen entre 28 y 39 años.