Las víctimas del monstruo de Amstetten agradecen con un dibujo la solidaridad recibida
- Se han dirigido por primera vez a la opinión pública mediante un cartel
- El dibujo con los mensajes se ha colocado en la plaza principal de Amstetten
- 'Vuestra comprensión nos ayuda a soportar el difícil momento', dice el escrito
- El cartel está escrito a mano por Elisabeth, la hija de Fritzl, y sus hijos-nietos
Las víctimas de Josef Fritzl, el padre incestuoso acusado de haber encerrado y violado a su hija durante 24 años, se han dirigido por primera vez a la opinión pública mediante un cartel que incluye varios mensajes, colocado en Amstetten, localidad a 130 kilómetros de Viena donde se produjo el suceso.
"Queremos agradecer a todos las muestras de interés por nuestro destino. Vuestra comprensión nos ayuda mucho a soportar el difícil momento y nos muestra que también hay personas buenas y sinceras", indica la familia en la pancarta, pegada en un escaparate de la plaza principal de Amstetten.
"Esperamos que un día nos sea posible volver a una vida normal", añaden en el cartel, escrito y dibujado a mano por los siete miembros de la familia internados en una clínica para pacientes especiales.
La pancarta contiene dibujos de un corazón al que llega la luz del sol para Kerstin, de 19 años, hija-nieta de Josef Fritzl, que continúa en estado grave internada en el hospital de Amstetten.
Además, en unas manos se leen diversos deseos, como "Vivir en paz con niños", "Cura para mi hija", "Protección de la familia" o "Amor de los niños".
"Deseo poder vivir en paz con mis hijos, con mucha fuerza y la ayuda de Dios", escribe Elisabeth, de 42 años, que a los 18 fue encerrada por su padre en un zulo construido en el sótano de la vivienda familiar.
Siete hijos nacidos en el infierno
Conforme a las investigaciones efectuadas hasta ahora, incluidas sendas declaraciones de Josef Fritzl y de Elisabeth, en el zulo nacieron sus siete hijos. De ellos, uno murió poco después de nacer y su padre-abuelo quemó sus restos en la caldera de la casa.
Otros tres vivieron en el domicilio oficial de la familia Fritzl, adoptados por sus abuelos, tras simular que su madre los había dado a luz en el seno de una secta desconocida y abandonado luego delante de la puerta de la casa.
Los otros tres, entre ellos Kerstin, permanecieron en el sótano con su madre, sin ver la luz natural, hasta finales de abril pasado. Salvo Kerstin, el resto de la familia, incluida Rosmarie, la esposa de Fritzl, se encuentra internada en la Clínica de Amstetten-Mauer, protegida de la opinión pública y la prensa por grandes medidas de seguridad.
Mientras, el acusado permanece en prisión preventiva en el penitenciario de Sankt Pölten, capital del Estado federado de Baja Austria.
Gerhard Sedlacek, portavoz de la Fiscalía de Sankt Pölten, ha informado de que Fritzl no volverá a ser interrogado por la fiscal Christiane Burkheiser hasta al menos la próxima semana y que los peritos examinan hoy con radares el lugar de los hechos.
La tragedia salió a la luz el pasado día 27, cuando la Policía detuvo a Fritzl, quien, según ha trascendido a la prensa, más tarde reconoció haber encerrado y violado reiteradamente a su hija, así como haberse alegrado de haber tenido hijos con ella.