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Ban Ki-Moon visitará Birmania para discutir el reparto de ayuda para las víctimas del ciclón Nargis

  • Una portavoz ha dicho que está previsto que llegue el miércoles o jueves
  • Hace diez días, el jefe de la ONU pidió una entrevista con el líder de la Junta Militar
  • El ciclón Nargis ha provocado un balance hasta ahora de 80.000 muertos

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El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, viajará a Birmania la semana entrante para discutir los problemas que está teniendo el envío de ayuda para las víctimas del ciclón Nargis, que ha devastado el país en las últimas semanas, según ha anunciado una portavoz del mandatario surcoreano.

Este anuncio se produce ante las crecientes críticas de los gobiernos mundiales a la negativa de las autoridades birmanas a permitir la entrada de personal extranjero, al menos a gran parte de ellos, en el país.

El Nargis ha provocado un balance hasta ahora de 80.000 muertos y más de 50.000 desaparecidos.

"Puedo confirmar que va a ir a Myanmar [antigua Birmania] esta semana", ha dicho por teléfono la portavoz Michele Montas, añadiendo que se esperaba que llegase el miércoles o jueves.

El anuncio llega diez días después de que el secretario general de la ONU hiciese una petición para mantener una conversación directa con el líder de la Junta Militar que dirige con mano de hierro el país asiático, después de que la organización internacional pidiese que las autoridades birmanas dejasen de entorpecer el reparto de ayuda humanitaria.

Una carta de Ban Ki-Moon

Por su parte, el enviado especial de las Naciones Unidas John Holmes ha llegado a Birmania para convencer a la Junta Militar de que permita la entrada de cooperantes internacionales a las zonas afectadas por el tifón Nargis. Holmes iniciará oficialmente su visita el lunes y se prevé que concluirá el miércoles.

El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, porta además una carta de Ban Ki-moon para el líder birmano, general Than Shwe. El general ha rechazado conversar telefónicamente con Ban Ki-Moon,  quien el lunes pasado declaró que la respuesta birmana al desastre se había realizado con una "lentitud inaceptable".

Cifras escalofriantes

La ONU teme que hasta 2,5 millones de birmanos padezcan los efectos del ciclón, que destruyó sembrados de arroz y reservas de alimentos en el sur del país, además de causar la muerte de unas 78.000 personas, mientras que otras 56.000 han sido dadas por desaparecidas.

Según fuentes de las Naciones Unidas, sólo un 10 % de los afectados están recibiendo asistencia. Por su parte, la organización británica "Save the Children" apunta que entre los afectados hay unos 30.000 niños menores de cinco años en la zona del delta del Irrawady que podrían morir de hambre.

Sólo cooperantes de países condescendientes con las autoridades de Naypyidaw han recibido visados para entrar en la nación del sudeste asiático. Un grupo de personal sanitario de Tailandia, formado por 18 médicos y 12 enfermeros, además de un equipo de medio centenar de cooperantes de la India han sido los primeros voluntarios extranjeros que han logrado pisar suelo birmano.

Ayuda estancada

Mientras, el navío Mistral de la Armada francesa, con 1.500 toneladas de suministros para socorrer a las víctimas del ciclón, permanece anclado desde el sábado en aguas internacionales frente a las costas de Birmania, a la espera de autorización para repartir alimentos y medicinas en el delta del Irrawady, una de las zonas más afectadas por la tormenta de los pasados días 2 y 3 de mayo.

La Junta Militar, en el poder desde hace casi medio siglo, quiere recibir la ayuda que se supone que repartirá posteriormente, mientras que Francia quiere distribuirla por medio de sus propios helicópteros y lanchas a los necesitados.

La actitud de las autoridades birmanas, que denuncian la presencia de "barcos de guerra" extranjeros en sus costas,  ha sido calificada de "inhumana" por el primer ministro británico, Gordon Brown,  quien señaló que la Junta Militar deber ser responsabilizada por su negativa a socorrer con rapidez a su propio pueblo, mientras que Francia habla de un crimen contra la humanidad.