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Obama espera dar el golpe de gracia en las primarias en Oregón

  • Ninguno puede lograr los delegados necesarios, pero sí convencer a la elite demócrata
  • Sólo quedan tres primarias por disputarse: Puerto Rico, Dakota del Sur y Montana

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El senador demócrata Barack Obama se prepara para alcanzar hoy "un gran hito" en las primarias de Oregón, aunque su rival Hillary Clinton ha dejado claro que está dispuesta a aguarle la fiesta. Obama espera que su prevista victoria en Oregón, que celebra elecciones junto con Kentucky, donde Clinton parte como la gran favorita, le dé la mayoría de delegados electos en las urnas.

Ese "gran hito", como lo ha definido su campaña, no le permitiría conseguir los 2.025 delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial pero sí podría ayudarle a convencer a la elite del partido a que cierre filas definitivamente en torno a él.  "Queremos empezar el proceso de unificar este partido y creo que en las últimas semanas hemos visto señales (...) en ambas campañas de que existe el deseo de hacerlo", ha apuntado el ex senador Tom Daschle, uno de los principales asesores de Obama.

Hillary Clinton, mientras tanto, ha adoptado una de las actitudes más combativas de su campaña, al insistir en que, si se incluyen los resultados de Florida y Michigan (penalizados sin representación por el partido por adelantar sus primarias) es ella la que ha ganado el voto popular y, por lo tanto, la elite del partido debería apoyarla. El Partido Demócrata tiene previsto decidir el 31 de mayo qué hacer con los delegados de Florida y Michigan.

La ex primera dama sigue tratando de cortejar a los alrededor de 200 "superdelegados" -personalidades del partido y funcionarios electos- que todavía no han hecho público su voto. Dado que ni Clinton ni Obama alcanzarán los 2.025 delegados necesarios en las urnas, los "superdelegados" serán los que tengan la última palabra.

Batalla por los superdelegados

Obama, que ha ganado en más estados y tiene más delegados que Clinton, le lleva también una ligera delantera con los "superdelegados" y ha cosechado apoyos de forma constante en ese frente desde hace un par de semanas.

Clinton, de todos modos, no abandona la pelea e insiste en que es ella la que tiene más posibilidades de vencer al republicano John McCain el 4 de noviembre, al haber ganado en estados clave como Ohio o Pensilvania, que fluctúan en su patrón de voto y son decisivos en las presidenciales.

Argumenta, además, que su rival es incapaz de atraer a grupos cruciales de votantes, como la clase trabajadora blanca, como quedó de manifiesto la semana pasada en Virginia Occidental, donde la senadora ganó por 40 puntos porcentuales.

Las primarias de Kentucky, donde hay 51 delegados en juego, frente a los 52 de Oregón, podrían confirmar esa tendencia. Un sondeo de la Universidad de Suffolk (Boston) divulgado el lunes concede a Clinton una ventaja de 26 puntos en ese estado, que tiene una importante clase obrera.

Obama, lleva, según esa misma encuesta, una ventaja de cuatro puntos en Oregón, donde las proyecciones son muy dispares: RealClearPolitics, un sitio que realiza una media de distintos sondeos, le confiere 12 puntos de superioridad.

El estado, donde Obama atrajo el domingo a la mayor audiencia de su campaña, unas 75.000 personas, es predominantemente blanco y educado, con una base demócrata progresista. Obama ha obtenido buenos resultados entre los sectores más educados de la población, así como entre los jóvenes, los afroamericanos y los independientes.

Tras las primarias de sólo quedan tres primarias más: las de Puerto Rico del 1 de junio, con 55 delegados, y las de Dakota de Sur y Montana el 3 de junio, con 15 y 16 delegados respectivamente.