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España y Brasil impulsan la lucha contra la crisis alimentaria

  • Zapatero y Lula se reunirán un día antes del inicio de la cumbre de la FAO
  • Pretenden crear un programa de ayuda para Haití, el país más pobre de América
  • El Parlamento Europeo pide prioridad a los alimentos frente a los biocombustibles
  • La Comisión Europea alerta del impacto de China en los mercados agrícolas

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Decenas de personas hacen cola para recibir su ración de un kilo de arroz, distribuido por estudiantes, en Yakarta.
Decenas de personas hacen cola para recibir su ración de un kilo de arroz, distribuido por estudiantes, en Yakarta.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cenará con su homólogo brasileño, Luis Inacio 'Lula' da Silva, el próximo 2 de junio en Roma, justo un día antes del inicio de la cumbre sobre la crisis mundial alimentaria convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han informado fuentes gubernamentales. 

Zapatero, que se entrevistó con Lula en Brasilia el pasado 15 de mayo, ha sido invitado por el presidente brasileño a participar en una cena en la Embajada de este país en Roma del llamado 'grupo de amigos de Haití', según explicaron las citadas fuentes, que no pudieron precisar si algún otro jefe de Estado o de Gobierno asistirá a esta cita.

Durante su encuentro en Brasilia, ambos acordaron una iniciativa conjunta para crear un Programa de Asistencia Humanitaria, Rehabilitación y Desarrollo de Haití, el país más pobre de América, que atraviesa una difícil crisis política y humanitaria, consecuencia de la subida del precio de los alimentos, que presentaron en la Cumbre UE, América Latina y Caribe celebrada en Lima esa misma semana.

El imparable impacto de China

La influencia de China en los mercados agrícolas internacionales y en la oferta o demanda de productos alimentarios es imparable y "solamente podrá ser más acentuada", según un informe de la Comisión Europea (CE), publicado este jueves.

Hasta ahora, según el informe, el objetivo de China ha sido solamente el autoabastecimiento de cereales y potenciar la producción ganadera, pero sus importaciones de piensos van a aumentar notablemente en los próximos diez años.

La CE alude al encarecimiento de los alimentos, que está provocando la inflación en China, donde los hogares gastan una mayor parte de su presupuesto en comida. El Gobierno chino ha respondido con un incremento de los incentivos para la producción de materias primas "clave", y con la imposición de controles en los precios y restricciones comerciales.

La CE prevé que China aumente su predominio en las importaciones de aceites y se convertirá en un comprador neto de maíz, trigo, carnes y lácteos, aunque en este último grupo de alimentos Bruselas tiene sus dudas.

Respecto a las exportaciones, la influencia de China en los mercados mundiales "sólo puede incrementarse", especialmente en frutas y hortalizas. El comercio entre la UE y China es deficitario para los Veintisiete y en el caso de los intercambios agrícolas este déficit alcanza un valor de 1.800 millones de euros.

Alimentos vs biocombustibles

Por otra parte, el Parlamento Europeo ha pedido a la Unión Europea que tome medidas contra la especulación sobre los productos alimentarios básicos. En una resolución adoptada hoy, la Eurocámara consideró que las subvenciones europeas a la producción de biocombustibles "ya no están justificadas" y que se debe priorizar los alimentos sobre los combustibles. 

A pesar de considerar que ya no son necesarias las ayudas a este tipo de combustibles limpios, el Parlamento Europeo señaló que solo entre un 2 y un 3% de las tierras agrícolas de la Unión se destinan en la actualidad a cultivos de este tipo.

Así, considera una "exageración" las noticias aparecidas en los medios que relacionan el objetivo europeo en materia de biocombustibles con la actual crisis alimenticia. El texto sobre la subida de los precios de los alimentos y la producción de los biocombustibles fue apoyado con 485 votos, recibió 52 en contra y 7 abstenciones.

No obstante, los eurodiputados pidieron que se dé prioridad a los alimentos sobre los combustibles y que para alcanzar los objetivos propuestos en materia de biocombustibles hay que cumplir "estrictos criterios de sostenibilidad", según un comunicado de la Eurocámara.

En la misma línea la resolución europarlamentaria pidió a los Estados miembros mayores esfuerzos para impulsar la producción de biocombustibles de segunda generación, es decir, que transforma el estiércol y los residuos agrícolas en vez de los productos agrícolas.

Según los datos recogidos por el Parlamento Europeo, del total de la cosecha recogida este año a nivel mundial, se destinarán a consumo humano unos 1.010 millones de toneladas, 760 millones para alimentación animal y 100 millones para la producción de bioenergía.

Además, la Eurocámara manifiestó su "preocupación" por los efectos que tiene la especulación con materia prima agrícola sobre el hambre y la pobreza, por lo que pidió a la Comisión Europea que presente medidas apropiadas para combatir este impacto. También pidió a los Veintisiete un análisis sobre la diferencia de los precios de producción y los precios finales.