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Los sindicatos llenan las calles en Francia, pero no logran paralizar el país

  • Cientos de miles de personas se han manifestado contra la reforma de las pensiones
  • La huelga de transportes, sin embargo, no ha logrado gran repercusión, salvo en Marsella
  • Los trabajadores rechazan la ampliación a 41 años del período de cotización

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Un grupo de profesores franceses en la manifestación que ha recorrido las calles de París
Un grupo de profesores franceses en la manifestación que ha recorrido las calles de París

Cientos de miles de trabajadores han tomado las calles de las principales ciudades de Francia para protestar contra las reformas económicas impulsadas por el presidente Nicolas Sarkozy y, en concreto, contra la reforma de las pensiones, aunque la huelga convocada por las centrales sindicales no ha logrado paralizar el país, dado el irregular seguimiento en los transportes públicos.

Según los sindicatos, hasta 700.000 personas han salido a manifestarse en las princiaples ciudades francesas, 70.000 en París, mientras que las fuerzas de seguridad rebajan la cifra a 300.000, 28.000 en la capital. Los convocantes se habían propuesto hacer una "demostración de fuerza" movilizando a medio millón de personas y paralizando el país a través de la huelga, especialmente en los transportes públicos.

Sin embargo, y pese a que los sondeos revelan que el 60% de los franceses apoyan la huelga, París y Lyon no han sufrido grandes problemas, habituales en otras jornadas de protestas. Si se han dejado sentir en Marsella y en otras ciudades de provincia, que han sufrido la reducción, de hasta el 50%, de los servicios ferroviarios.

"Sarko, KO"

En las manifestaciones, convocadas bajo el lema "Movilicémonos por la defensa de la pensión solidaria", han podido verse pancartas que rezaban "No al servicio mínimo social", "No a pensiones que se juegan en Bolsa" o "Sarko KO", en alusión al presidente francés.

Los sindicatos, que han calificado la jornada de movilizaciones como "un éxito incontestable", -según la principal central, la CGT- protestan contra la reforma de las pensiones, que se aplicará desde 2009 y que, entre otras medidas, prevé ampliar en un año, hasta los 41, el período de cotización necesario para cobrar el subsidio íntegro.

Pese a la presión, Sarkozy y su Gobierno, encabezado por el primer ministro, François Fillon, se han mantenido inflexibles hasta ahora sobre su programa de reformas. Estas incluyen no solo las pensiones, sino algunas otras también polémicas, como la de los hospitales, la Defensa -con una reducción de efectivos y el cierre de bases- y el continuo recorte de puestos en la administración.

Tensiones sociales

Así, Sarkozy ha reiterado que mantendrá las reformas económicas, a pesar de la caída de su popularidad, que apenas supera el 35% en los sondeos, la más baja de un presidente francés en su primer año de mandato.

Pese a todo, Gobierno y sindicatos saben que aumentar un año el período de cotización no resolverá por sí solo la financiación de las pensiones que pasará de 15.100 millones de euros en 2015 a 47.100 millones en 2030 y a 68.800 millones en 2050, según las previsiones.

En cualquier caso, el presidente se enfrenta a crecientes tensiones sociales: los pescadores se han vuelto a manifestar hoy por la suicida del gasóleo y los trabajadores del puerto de Calais han bloqueado la conexión marítima con Dover (Reino Unido), en la últimas protestas tras las de funcionarios y profesores.