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Gran despliegue militar en Beirut antes de la elección presidencial

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A Lebanese soldier secures the parliament building in downtown Beirut
Un soldado del ejército libanés monta guardia frente al edificio del parlamento en Beirut.

Miles de militares patrullan las calles beirutíes para vigilar la elección mañana, domingo, del jefe del Ejército, Michel Sleiman, como presidente del Líbano, con lo que se pondría así fin a seis meses de vacío presidencial y a una crisis que casi degeneró en guerra civil.

En varias áreas de la capital libanesa se pueden ver soldados y policías circulando en vehículos y estableciendo controles fijos y móviles.

En el Parlamento, los preparativos terminaron para la ceremonia de elección e investidura del nuevo jefe del Estado, que tendrá lugar mañana a las 17.00, hora local (16.00 hora española), ante personalidades árabes y extranjeras, entre ellas los jefes de la diplomacia europea, Javier Solana, y española, Miguel Ángel Moratinos.

También asistirá el cuerpo diplomático acreditado en el Líbano y se prevé que el parlamento estará repleto, por lo que se relegó a los periodistas a un edificio adyacente, donde se han instalado pantallas gigantes de televisión.

Los preparativos también terminaron en el Palacio de Baabda (sede de la Jefatura del Estado), donde incluso "el pabellón presidencial ha sido abierto, a excepción de la oficina del presidente", dijo a Efe el portavoz presidencial, Rafic Chelala.

Chelala reveló también que "el nuevo jefe del Estado se trasladará el lunes a su nueva residencia, desde donde comenzará el martes las consultas parlamentarias para elegir a un nuevo primer ministro".

La elección del jefe del Ejército, considerado un candidato consensual, llega después de la firma del acuerdo de Doha por los principales líderes libaneses, que puso fin a la crisis que atraviesa este país desde hace casi tres años y que este mes estuvo a punto de transformarse en una guerra civil.

¿En qué consiste el acuerdo de Doha?

  • Dicho acuerdo, bajo la fórmula "ni vencedores ni vencidos", prevé que las distintas facciones libanesas "no volverán a utilizar las armas, bajo ninguna circunstancia, para conseguir objetivos políticos".
  • El acuerdo de Doha permitió también la formación de un gobierno de unidad nacional.
  • Se le concede a la oposición, liderada por el grupo chií Hizbulá, el derecho a veto con un tercio de los ministerios.
  • También se logró el desmantelamiento de la acampada que la oposición encabezada por Hizbulá mantenía desde el 1 de diciembre del 2006 en el centro de Beirut, que estaba transformado en un área fantasma.

La desaparición de las tiendas de campaña ha vuelto dar vida a esa zona beirutí, uno de los lugares preferidos de los turistas que visitaban este país, donde nuevamente es difícil encontrar una mesa en los restaurantes durante las noches.