El primer ministro chino reconoce que la cifra de muertos por el terremoto puede llegar a los 80.000
Wen Jiabao ha reconocido que ya son 60.000 las víctimas mortales
El secretario general de la ONU visita el país asiático para conocer la situación
Ban Ki Moon se ha comprometido a movilizar todos los recursos de la ONU
El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha reconocido que el número de muertos a causa del terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter del pasado 12 de mayo ha pasado ya de los 60.000 y que la cifra final podría llegar a los 80.000.
Wen, que visita por segunda vez la zona devastada en la provincia suroccidental de Sichuan desde que se produjo el devastador seísmo de 8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, señaló que las víctimas "pueden aumentar hasta 70.000, 80.000 e incluso más".
El mandatario chino ha hecho este anuncio en presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien se encuentra de visita oficial en China para mostrar su solidaridad con los damnificados por el terremoto, el más destructivo que sufre China desde 1976, con más 60.000 muertos, otros 24.000 desaparecidos y cerca de 300.000 heridos, informó la agencia de noticias Xinhua.
El secretario general se ha trasladado en compañía de Wen en helicóptero hasta la localidad de Yingxiu, una de las más dañadas por el seísmo en el distrito de Wenchuan, donde se localizó el epicentro.
Wen ha confirmado a los medios allí presentes los peores pronósticos, que la cifra real de muertos puede superar los 80.000, a medida que se disipan las esperanzas de encontrar vivos a 24.000 desaparecidos.
Ban ha prometido que movilizará todas las capacidades de la ONU para apoyar las tareas de reconstrucción en la zona afectada por el seísmo y que pueden durar más de tres años.
Según Xinhua, la conexión férrea entre Baoji y Chengdu (capital provincial) ha sido reabierta al tráfico, lo que está permitiendo la llegada de material de emergencia, pero la catástrofe destruyó carreteras y autopistas troncales en la provincia, con daños valorados en 6.800 millones de dólares sólo en infraestructuras.
El secretario general de la ONU ha llegado a China después de una visita a Birmania, devastada por el ciclón Nargis, con casi 78.000 muertos y otros 56.000 desaparecidos, y donde Ban consiguió arrancar de la Junta Militar la entrada de equipos de ayuda internacionales.
El sudeste asiático se ha visto ensombrecido por ambas tragedias, donde los respectivos gobiernos, que son aliados, han reaccionado de forma opuesta: China ha mantenido una transparencia inusual, mientras que el régimen militar birmano se ha cerrado al exterior poniendo en peligro la vida de sus ciudadanos.
La llegada de Ban a China se produce después de que Pekín permitiera por primera vez la entrada de equipos de ayuda humanitaria internacional en una catástrofe en su territorio, con la llegada de expertos de Rusia, Corea del Sur, Japón, Singapur y Cuba.