Cuenta atrás para 'Phoenix', la sonda que buscará agua en Marte
- La llegada está prevista hacia las 02.00 de la madrugada, hora peninsular española
- El descenso se realizará sin flotadores: el otro aparato que lo intentó así se perdió
- El aparato hará zanjas en la superficie marciana en busca de restos de agua y vida
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La sonda Phoenix llegará la próxima madrugada al final de su viaje de 679 millones de kilómetros, Marte, donde intentará extraer agua mediante una técnica novedosa. El descenso tiene la dificultad añadida de que se realizará sin colchones de aire.
La cápsula de 400 kilos empleará un paracaídas y cohetes para amortiguar su amartizaje. Se dirige a un punto cercano al polo norte marciano, en una latitud mucho más alta que las otras máquinas de exploración enviadas desde la Tierra.
La agencia espacial estadounidense (NASA) ha invertido 457 millones de dólares (unos 285 millones de euros) en la Phoenix, que se lanzó en agosto del año pasado desde Cabo Cañaveral.
La etapa más incierta se vivirá el domingo a las 23.23 horas GMT (01.13 horas del lunes en la España peninsular), cuando Phoenix se desprenda de los equipos que la propulsaron durante nueve meses y pivote poniendo por delante su escudo térmico.
Brusco frenazo
Ocho minutos después, penetrará en la tenue atmósfera del planeta a 20.520 kilómetros por hora y comenzará un período de suspense en el control de la misión, cuando se silencie la comunicación desde la cápsula. Luego desplegará sus tres patas y cuando esté a unos 30 metros del suelo se encenderán los cohetes de freno que, si todo sale bien, procurarán un descenso suave.
Todos los artefactos espaciales que han descendido exitosamente en Marte desde 1976 han usado colchones de aire para amortiguar el impacto. El lugar elegido para que se pose es un área poco rocosa.
En todo caso, las noticias sobre Phoenix llegarán con casi 15 minutos de demora, el tiempo que tarda en recibirse la señal desde 275 millones de kilómetros. De las 11 misiones que desde 1971 han intentado descensos en Marte, lanzadas por Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido, sólo cinco han tenido éxito.
La NASA suspendió esta misión durante unos dos años después que la cápsula Mars Polar Lander -otra sin colchones de aire- se perdiera en diciembre de 1999 en algún sitio cerca del polo sur marciano. En enero del 2004 se posaron exitosamente en Marte las dos máquinas de exploración Opportunity y Spirit, que todavían trabajan en el planeta rojo.
Nueva técnica
Una vez desplegadas las placas solares que alimentarán a Phoenix, la sonda medirá unos 5,5 metros de ancho y 2,5 metros de alto. Tiene un brazo robótico para la excavación de zanjas y la toma de muestras de suelo para análisis.
Los expertos de la NASA creen que el agua que hubo en Marte se hundió bajo la superficie donde ahora existe como cristales helados. La Phoenix recogerá y examinará muestras de hielo y rocas en busca de pruebas de formas microscópicas de vida.
Se necesitarán de cuatro a seis horas para recoger material suficiente, y el mayor problema es la sublimación del hielo, su conversión en gas sin pasar por el estado líquido. "El hielo estará desapareciendo en el mismo momento en que lo estemos recogiendo", explica Lori Shiraishi, ingeniero del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), organismo de la NASA que controla la mayor parte de las misiones científicas de EEUU en el espacio.
Para determinar si existe carbono orgánico en Marte, Phoenix tiene un analizador termal tan sensible como para detectar que no lo haya traído desde la Tierra la nave, precisa William Boynton, científico encargado de ese instrumento en la Universidad de Arizona.