Enlaces accesibilidad

El hospital Valle Hebrón implanta dos válvulas aórticas sin necesidad de cirugía abierta

  • La técnica está indicada para pacientes de alto riesgo, que tengan obstruida la aorta
  • Permite colocar una válvula sobre la del paciente sin recurrir a la cirugía convencional

Por

Los especialistas en cardiología del Hospital de Valle Hebrón, en Barcelona, han implantado a dos hombres de 66 y 74 años, que sufrían una obstrucción en la aorta y que no podían ser operados por su alto riesgo quirúrgico, una válvula aórtica a través de la arteria femoral, sin necesidad de cirugía abierta.

Ambos han sido los primeros pacientes de esta dolencia en beneficiarse de esta técnica, que consiste en introducir un catéter vía transfemoral, por el que a su vez se introduce una válvula plegada. Esta se coloca, con la ayuda de un globo que se hincha, sobre la que tiene el paciente, que por problemas de calcificación no funciona bien.

Para colocar la válvula, según ha explicado la doctora Pilar Tornos, coordinadora del Programa Transversal de atención a valvulopatías del centro, hubo que anestesiar a los pacientes y hacerles una incisión en la arteria femoral para introducir el catéter, de apenas ocho milímetros de grosor.

Pacientes de alto riesgo

Uno de los pacientes fue dado de alta a los cuatro días y regresó a su domicilio del País Vasco, mientras que el otro sigue ingresado una semana después de la intervención, ya que su salud estaba muy deteriorada, según han explicado los médicos.

Tornos ha señalado que estas intervenciones solo están previstas para casos en los que no se pueda llevar a cabo cirugía convencional, ya que las personas con estenosis aórtica severa fallecen a los tres o cuatro años si no se operan, "aunque quizá en un futuro se desarrolle más la técnica y tenga otras indicaciones".

Por el contrario, las personas que se operan tienen una perspectiva de vida similar a una sana, por lo que siempre, si está indicado, se aconseja a los enfermos una intervención quirúrgica, aunque obliga a una parada cardiaca temporal y a una circulación sanguínea extracorpórea para poder colocar la válvula nueva.

La técnica transfemoral, que se inició hace algo más de tres años en Francia y que sólo se ha utilizado en unos 400 pacientes, tiene una mortalidad del 10% a los 30 días de la intervención, un riesgo que, aunque pueda parecer alto, es la única posibilidad para los que no se pueden operar.