El principal socio de Olmert le pide que se vaya
- El laborista Ehud Barak amenaza con forzar un adelanto electoral si no lo hace
- Un portavoz de Olmert niega que vaya a irse
- Un empresario norteamericano asegura haber entregado a Olmert 150.000 dólares
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, cada vez se encuentra con menos salidas para seguir en el cargo tras el escándalo de corrupción en el que está implicado. Su principal socio de Gobierno y ministro de Defensa, Ehud Barak, le ha pedido que se vaya y le ha advertido de que si no lo hace forzará un adelantamiento electoral.
Barak, líder del Partido Laborista -de cuya participación en la coalición gubernamental depende la continuidad de Olmert al frente del ejecutivo-, no puso plazos para el cumplimiento de su exigencia, pero ha autorizado que varios de sus diputados presenten un proyecto de ley para disolver el Parlamento.
"Tiene que desconectarse de la dirección diaria del Gobierno", ha subrayado Barak al entender que, mientras el titular del Ejecutivo afronta una investigación judicial, no puede hacer frente a los actuales retos que Israel tiene por delante.
Barak ha dicho estas palabras tras reunirse con Olmert en el parlamento israelí, donde le ha comunicado que deja a su elección la forma de marcharse.
"No importa de qué forma lo haga: exención, vacaciones, dimisión ... no seremos nosotros los que le digamos cómo hacerlo", ha precisado Barak, quien recalcó que "por el bien del Estado y las normas de Gobierno, el primer ministro tiene que apartarse de sus funciones".
La ley israelí establece que el primer ministro puede pedir una exención de 100 días para ocuparse de problemas personales de cualquier índole, en cuyo caso le sustituiría la ministra de Exteriores y viceprimer ministro, Tzipi Livni.
Olmert seguirá, según un asistente
Sin embargo, Olmert planea seguir en el cargo, según ha desvelado un consultor del primer ministro, Tal Silberstein, en declaraciones al Canal 10 de televisión.
"El primer ministro no está considerando dimitir, ni tomarse un tiempo de ausencia o ninguna otra sugerencia que se haya podido hacer en la rueda de prensa de Barak", ha recalcado.
Posible soborno
Livni no se ha pronunciado sobre el caso de corrupción, que ha llegado al punto de ebullición con el testimonio ante un juez del empresario estadounidense Morris Talansky, que reconoció haber entregado al primer ministro israelí hasta 150.000 dólares, en su mayor parte en sobres con dinero en efectivo.
Parte del dinero, según el testimonio, fueron donaciones "legales" para las campañas electorales de Olmert, y el resto "préstamos" para gastos personales.
La deuda no fue saldada por el primer ministro, que según distintas cartas en poder de la fiscalía ayudó después al empresario a fomentar sus negocios, en lo que podría considerarse un soborno.
La comparecencia de Barak coincide también con los resultados de un sondeo del diario Haaretz en el que el 70% de los encuestados dice no creer el argumento de Olmert de que no empleó el dinero para su uso personal, sino únicamente con fines electorales.
Pese a los sondeos y a las exigencias de Barak, a la que se sumaron inmediatamente todos los partidos de oposición -entre ellos el derechista Likud, actualmente favorito en los sondeos de intención de voto-, Olmert aún no había tomado la decisión de dejar la jefatura del Gobierno.