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Los países fronterizos del Ártico se comprometen a respetar las normas de la ONU para proteger la zona

  • Dinamarca, Noruega, Rusia, EE.UU. y Canadá se reúnen para dirimir cuestiones territoriales
  • El reparto de los recursos naturales se abordará en próximas reuniones

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Los países del Ártico se disputan el petróleo

Los representantes de los cinco países con territorios fronterizos con el Ártico -Dinamarca, Noruega, Rusia, Estados Unidos y Canadá- se han reunido este miércoles para abordar la situación de esta extensa región y ha acordado respetar las convenciones de la ONU para proteger la zona y dirimir cuestiones territoriales.

Así, los asistentes a la conferencia internacional celebrada en Ilulissat (Groenlandia) han ratificado que no es necesario un nuevo régimen jurídico ni un tratado especial para el Ártico, ya que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 es suficiente para regular la administración de esa área.

Tráfico marítimo

En una declaración conjunta que ha puesto fin a la primera reunión a nivel ministerial de este tipo, los países implicados mostraron su voluntad de reforzar la cooperación entre ellos y han destacado que el incremento del tráfico marítimo en la zona provoca también un aumento del riesgo de accidentes, por lo que es necesario aumentar la capacidad de las labores de búsqueda y rescate en el océano Ártico.

En la reunión, una iniciativa del Gobierno danés y de las autoridades autonómicas de Groenlandia, bajo soberanía de Dinamarca, han participado los ministros de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Per Stig Møller; Noruega, Jonas Gahr Støre, y Rusia, Serguéi Lavrov; el subsecretario de Estado de EEUU, John Negroponte, el titular de Recursos Naturales de Canadá, Gary Lunn, y el presidente autonómico groenlandés, Hans Enoksen.

Negroponte ha señalado antes de la conferencia que Estados Unidos está interesado en ratificar la Convención sobre el Derecho del Mar, aunque ha mostrado sus dudas de que esto pueda ocurrir antes de finales de 2008.

Rebajar la tensión

La declaración de Ilulissat supone un primer paso para rebajar la tensión en la zona, que se incrementó notablemente en agosto pasado, después de que Rusia envió dos batiscafos para recoger pruebas del suelo y la fauna pensando en una futura reclamación territorial.

La expedición se completó con un gesto simbólico sobre las intenciones rusas, al colocar una bandera de este país hecha de titanio y resistente a la corrosión en el lecho marino, a más de 4.000 metros de profundidad.

La iniciativa rusa fue criticada por el resto de países implicados, que mantienen varios conflictos territoriales en el Ártico, donde una área de 1,2 millones de kilómetros no está sujeta a la soberanía de ningún país.

Aparte de abrir una nueva ruta marítima, otra de las consecuencias del deshielo causado por el cambio climático es el acceso a las que posiblemente sean unas de las mayores reservas no descubiertas de gas y petróleo del planeta, aunque esta cuestión fue tratada de forma secundaria en la reunión.