El régimen birmano obliga a la población a volver a sus viviendas en la zona más devastada por el huracán
- La policía anti-disturbios birmana obliga a los afectados por el ciclón 'Nargis' a volver a sus casas
- Los agentes no dudado en amenazar con la fuerza a los refugiados
- La zona del Delta del Irrawaddy es la más afectada por el ciclón
La Junta Militar que gobierna Birmania está dispuesta a que el país recupere una aparente normalidad aunque sea a la fuerza. Para ello, no ha dudado en desplegar policía anti-disturbios en la zona del Delta del Irrawaddy, la más afectada por el ciclón 'Nargis', que provocó más de 133.000 muertos y dejó 2,4 millones de afectados a primeros de mayo.
Según informan las agencias internacionales, al menos diez grupos de agentes especiales de la policía birmana se han distribuido en la ruta que une las localidades de Kungyangon y Dedaye. En ese recorrido, blindados y hombre con fusiles vigilan para que los refugiados vuelvan a sus viviendas, en una región que ha quedado literalmente devastada.
La ONU ya ha advertido al régimen birmano de que esta forzada vuelta a casa es "inaceptable" y, sin embargo, los policías siguen escoltando este retorno.
Violencia étnica
Por otra parte, hoy se ha sabido que, el pasado miércoles, un grupo rebelde de la minoría étnica shan asesinó a ocho trabajadores en un aserradero de madera al noreste de Birmania. Al parecer, tropas del Ejército birmano ha emprendido la búsqueda de los atacantes, quienes mantienen secuestrado a un funcionario birmano, mientras que uno de los trabajadores supervivientes se recupera de sus heridas en el hospital.
La Junta Militar birmana ha firmado acuerdos de paz con 17 grupos armados de minorías étnicas, pero otros, como los karen, shan y mon, siguen combatiendo para conseguir la autonomía de los territorios que habitan.Según datos del Gobierno, el Ejército Shan cuenta con 5.000 efectivos.
Birmania, que está gobernada por los militares desde 1962, lucha por sobrevivir a los terribles efectos del ciclón 'Nargis' y, al tiempo, por preservar su cerrada forma de gobierno. Los militares ponen muchas trabas para que llegue la ayuda internacional y han preferido dedicar esfuerzos a aprobar una nueva constitución para el país. Esta constitución es uno de los argumentos que alimentan la rebelión de las minorías étnicas, pues consideran que sólo sirve para garantizar la continuidad de los militares.