En busca de personas libro
Este movimiento propone interiorizar lecturas y disfrutar de ellas narrándoselas a extraños
Son ya muchos lo que han sucumbido a esta forma de entender la lectura
Durante toda la Feria, en la carpa del Ayuntamiento, podrás acercarte a este taller
Sólo hace falta atravesar un estrecho pasillo de paredes de un blanco futurista, para adentrarse en una nueva forma de entender la lectura. Estamos en la Feria del libro de Madrid en busca de las personas libro, unos seres con alma de papel y de enorme sensibilidad que un día se decidieron a interiorizar libros y gozar narrándoselos a propios y extraños.
Decenas de personas han podido ya disfrutar -y podrán hacerlo hasta el 15 de junio- de este taller organizado por el Ayuntamiento de Madrid, con el que se intenta "que los visitantes de la feria respiren los libros", según afirma Antonio Rodríguez, fundador de este movimiento que surgió hace apenas cinco años.
En la carpa del Consistorio, los miembros de la Asociación Personas Libros de Madrid, que también está implantada en otras ciudades españolas como Cádiz, Almería o Pamplona, ponen voz a los versos de algunos de los más grandes autores. "Es un pacto. Tú le das la voz al libro, una voz seductora, intrigante, cercana, o como quieras darle. Y él te da a ti las palabras, bellas, profundas... Al final, ganan los dos", afirma Rodríguez.
Quienes asisten a este peculiar taller, salen con un brillo especial en la mirada. Y es que muchos de ellos han sentido un flechazo. Se han enamorado de esta forma de entender la lectura. Julio Cortázar, Augusto Monterroso o Gustavo Adolfo Bécquer, todos tienen cabida en este taller al que acuden personas de todo tipo de edades y nacionalidades.
Cualquier texto sirve
"Lo único que pedimos a la gente que quiere formar parte de nuestra asociación es que elijan un texto, que lo deseen... No importa si es un texto que te transmite calma o tormento, lo importante es memorizarlo, quitarte los miedos y gozar narrándolo", asegura este reponsable pedagógico -tal y como él prefiere que le llamen-, que viaja por toda la geografía española explicando en qué consiste este proyecto.
No hace falta tener experiencia sobre el escenario para emocionar a los asistentes con un verso. "Prosa, poesía, incluso textos de semiótica... cualquiera de ellos sirve si te lo crees, lo deseas y quieres disfrutarlo con él", explica Rodríguez, quien se reúne con los miembros de la asociación -totalmente gratuita- una vez cada tres meses en su sede de Moratalaz, para poner en común los nuevos textos aprendidos.
En estos primeros días de Feria, la acogida por parte del público ha sido "increíble", según cuenta Rodríguez. "Hoy ha venido un hombre de 77 años que cuando se ha puesto a recitar se ha acordado de una poesía que se sabía cuando tenía siete años... Y también hay gente de otras ciudades como Barcelona que nos preguntan que cuándo nos implantaremos allí".
El origen
"Yo soy profesor de teatro y me di cuenta de que los actores leían colonizando los textos", explica Rodríguez. A partir de ese momento puso en marcha una asociación en la que invita a acercarse de un modo distinto a la lectura a todo aquel que quiera dejar de lado por un momento la televisión. "La tele tiene que tener su propio espacio, no quiero combatirla. ¡Pero no todo en la vida va a ser tele! A mí me basta con que cojas un texto, lo aprendas y exista... y digas: Por un momento fui feliz", comenta Rodríguez.
En la página web de la asociación se puede encontrar el decálogo en el que se basa este movimiento, del que su fundador dice desconocer ya el número de seguidores que tiene y que está profundamente inspiradodo en la obra de Ray Bradbury Farenheit 451, que imaginaba un mundo en el que los libros estaban prohibidos y eran pasto del fuego. Para asegurar su subsistencia, había que memorizarlos, tal y como hoy en día hacen en esta asociación.