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Víctimas del terremoto denuncian que sus hijos fueron enterrados en fosas comunes

  • El entierro de niños en fosas comunes provoca la ira de los padres
  • Las autoridades chinas lo hicieron, dicen, sin su consentimiento
  • Aseguran que se sienten como si los hubieran perdido por segunda vez

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La exhumación de los cadáveres de los escolares que murieron en el derrumbamiento de la escuela secundaria de Muyu (provincia de Sichuan, suroeste) durante el terremoto del pasado 12 de mayo y su posterior entierro en fosas comunes ha despertado la ira de los padres.

Según ha publicado el periódico "South China Morning Post", Muyu fue una de las poblaciones del distrito montañoso de Sichuan más devastada por el seísmo, que causó el hundimiento de un recinto educativo de tres plantas y la muerte de 297 estudiantes. Sólo pudieron escapar con vida 139 escolares, mientras que otros 89 fueron rescatados bajo los escombros por los servicios de emergencia.

En esta situación, muchos padres encontraron los cuerpos de sus propios hijos y los enterraron ellos mismos en la pendiente de una colina cercana.

Sin embargo, el 20 de mayo, ocho días después del desastre, las autoridades aparecieron y acordonaron la zona por motivos de seguridad.

Dos días después, informaron a los padres de que, por razones sanitarias, los cadáveres de sus hijos habían sido exhumados y trasladados a una fosa común cavada a cuatro metros de profundidad en la cima de la mencionada colina.

Así, este hecho despertó la ira e indignación de las familias, que se sienten como si hubieran perdido a sus hijos por segunda ocasión.

"No puedo encontrar el cuerpo de mi hijo, ni siquiera sé dónde está enterrado", lamenta también Fang Wenxing, padre de otro de los alumnos que perecieron.

"Aunque el motivo fuese la desinfección, ¿porqué no nos pidieron permiso antes de hacerlo?", denuncia Zhou Xuede, padre de una joven de 15 años fallecida en la escuela. "Ahora no sé cómo está enterrada, ni dónde yace exactamente", se lamenta.

Esta ira se suma a la que ya sufrieron los padres, cuando los supervivientes les contaron que muchos chicos no pudieron salvarse porque las puertas del centro estaban cerradas con llave.