El gobierno de EE. UU. quiere terminar los juicios de Guantánamo antes de las elecciones
- El gobierno de EEUU quiere acelerar los juicios para que no los pare su sucesor
- A favor del intento tienen la negativa de los acusados a aceptar abogados defensores
- La defensa los quiere ralentizar para transferirlos a la vía ordinaria
- McCain quiere mantenerlos, pero Obama apuesta por los tribunales federales
Al Gobierno de George W. Bush se le acaba el tiempo, y por eso quiere acelerar los juicios contra los sospechosos del 11-S para forzar a su sucesor a aceptar los tribunales de Guantánamo, según los expertos, mientras que la defensa hará todo lo posible para ralentizarlos.
"La administración intenta avanzar lo máximo posible de forma que sus procedimientos sean irrevocables", opinó Eugene Fidell, presidente del Instituto Nacional de Justicia Militar en Washington, en una entrevista telefónica.
El punto de "no retorno", a juicio de Fidell, sería el momento en el que se presenten las pruebas contra los detenidos. No todos los observadores comparten la opinión legal de Fidell sobre esa restricción, pero en general ven el proceso iniciado ayer en Guantánamo contra los sospechosos por el atentado del 11 de septiembre de 2001 como una manera de forzar la mano de la nueva administración.
Transferir los juicios a la vía ordinaria
La Constitución de Estados Unidos prohíbe juzgar a una persona dos veces por el mismo crimen, lo que, a su juicio, impediría al Gobierno que surja de las urnas el próximo noviembre y que se instale en enero en la Casa Blanca suspender los procesos en los tribunales especiales de Guantánamo y abrirlos en la justicia militar o civil ordinaria.
"Quieren convertirlo en algo hecho y dificultar que se puedan transferir los casos", afirmó Joanne Mariner, directora del departamento de terrorismo de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, quien asistió ayer a la vista contra los cinco presuntos miembros de Al Qaeda.
En la vista, el juez Ralph Kohlmann, un coronel de los Marines, marcó el 18 de septiembre como fecha tope para el inicio del juicio, aunque se dijo abierto a considerar las peticiones "razonables" de aplazarlo que pueda presentar la defensa.
La defensa quiere ralentizar el proceso
No obstante, ayer Kohlmann negó solicitudes insistentes de los abogados de retrasar la vista, dado que a algunos de ellos el Pentágono no les había dado autorización aún para reunirse con sus clientes.
No obstante, la celeridad de los juicios también dependerá de si el magistrado permite a Binalshibh y Mustafa al-Hawsawi, otro de los imputados, despedir a sus abogados, como hicieron ayer los otros tres acusados.
El magistrado ha admitido que tres de los detenidos se representen a sí mismos, pero ha aplazado su decisión en relación a Mustafa al-Hawsawi y Ramzi Binalshibh.
Sin letrados que les representen y que objeten a las normas que les perjudican, el proceso podría volar, dijo temer Lachelier.
Justificar Guantánamo
"Se trata de un intento por parte de la administración de Bush de justificar Guantánamo y los problemas graves en el proceso de detención", se ha quejado, por su parte, Thomas Durkin, el letrado civil de Binalshibh.
El Departamento de Estado ha negado cualquier motivo político para el enjuiciamiento ahora de Jalid Sheij Mohamed, el presunto cerebro del 11-S, y sus secuaces, pero abundan los escépticos.
El Pentágono no había mostrado hasta ahora mucha prisa en juzgarlos, ni siquiera a Mohamed, quien lleva cinco años en manos de Estados Unidos. Desde finales del año pasado la actitud ha cambiado y los fiscales han presentado cargos contra ocho detenidos.
En los próximos meses, el Pentágono aumentará en más de 100 miembros el personal asignado a la fiscalía y la defensa, según el general Thomas Hartmann, el asesor legal de los tribunales.
Se verán las caras en un tribunal que ha costado 8 millones de euros y que hasta ahora sólo se ha usado dos días. El Gobierno de Bush quiere asegurarse de que el gasto no sea en balde.
Los candidatos a la presidencia, divididos
El candidato republicano a la presidencia, John McCain, propone continuar con los tribunales antiterroristas, aunque no en Guantánamo, sino en la base militar de Fort Leavenworth, en Kansas.
Su rival demócrata, Barack Obama, ha propuesto juzgar a los detenidos en cortes marciales o tribunales federales.