La NASA quiere crear un satélite para predecir con antelación grandes terremotos
La compresión de las placas tectónicas generaría una carga eléctrica positiva
Cuando los seísmos se generan a 35 km de profundidad se perturba la ionosfera
Algunos científicos critican que el experimento se haya realizado con rocas secas
Científicos de la Agencia Espacial de Estados Unidos, NASA, han afirmado que podrían estar a punto de desarrollar un sistema de predicción de terremotos. Según los investigadores, la clave estaría en ciertas perturbaciones eléctricas en la atmósfera justo antes de los movimientos sísmicos, como las que se detectaron antes del devastador terremoto en la provincia china de Sichuan.
El equipo estudia ahora la posibilidad de crear un sistema de alerta espacial con ayuda de expertos británicos. Sin embargo, la comunidad científica se mantiene escéptica ante la idea de que estas señales sean verdaderos indicadores de un terremoto inminente. Los científicos del Centro de Investigaciones de la NASA creen que las placas tectónicas comprimidas generan una carga eléctrica positiva del mismo modo que lo hace una pila común.
Al parecer, esta energía es transferida hacia la inosfera unos 100 kilómetros, capa de la atmósfera eléctricamente cargada por su exposición a la radiación solar. Si esto fuera cierto, los científicos podrían diseñar satélites capaces de predecir grandes terremotos días antes de que sucedan.
Controversia científica
Minoru Freund físico y director para el desarrollo de sistemas y materiales aeroespaciales es "prudentemente optimista al pensar que tenemos buenos datos científicos, por lo que vamos a realizar una serie de experimentos para verificarlo" dijo a la BBC. Aunque todavía no se ha podido desarrollar ninguna tecnología capaz de predecir terremotos, no es la primera vez que las investigaciones en este sentido apuntan a ciertos fenómenos eléctricos.
Un sistema de detección por satélite podría ser la clave para predecir terremotos. El estudio de unos 100 terremotos de magnitud 5,0 o más a lo largo de varias décadas en Taiwán, detectó que aquellos que tenían una profundidad cercana a los 35 kilómetros estaban precedidos por determinadas perturbaciones eléctricas en la ionosfera.
No obstante, el geofísico Mike Blanpied del Centro de Investigaciones Geológicas de Estados Unidos criticó el hecho de que los experimentos se llevaron a cabo en un laboratorio con rocas secas, o ligeramente húmedas, con una presión y temperaturas no ajustadas a la que se darían en condiciones reales. Además, añadió que el informe se basa en la hipótesis de que los rápidos cambios en la corteza terrestre se producen tan sólo unos pocos días antes del terremoto, algo que muchos científicos afirman se produce a un ritmo tan lento que es imposible de detectar.