Ibrahimovic renace ante un campeón sin pedigrí
- El delantero del Juventus abrió el camino para la victoria de los suecos (0-2)
- La vigente campeona demostró tener oficio pero muchas carencias para revalidar
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No marcaba con su selección desde octubre de 2005, no está bien físicamente, pero Zlatan Ibrahimovic, el delantero mejor pagado del mundo, apareció en el momento justo para que Suecia derrotara a Grecia (0-2), un campeón sin pedigrí, que encajó después un segundo gol y dio una triste impresión.
Ibrahimovic, custodiado por el veterano Henrik Larsson, que por tercera vez se ha reenganchado a la selección sueca, apareció en dos ocasiones durante todo el partido. En la primera estuvo a punto de marcar; en la segunda aprovechó una pared con ex barcelonista para marcar un gol de bandera.
Fue el 0-1 en el minuto 67. Cinco minutos después y casi sin querer, el central Petter Hansson aprovechó un lío dentro del área, después de una ocasión malograda por Ljunberg para decidir el partido y ponerle difícil a Grecia su pase a la siguiente ronda.
Después del título conseguido en la última Eurocopa, el fútbol de Grecia ya no puede sorprender a nadie. Piensa Otto Rehhagel que con los mimbres que tiene, mejores cestos que hace cuatro años no puede hacer y por eso se empeña en diseñar versiones sobre el mismo concepto.
La que hoy mostró fue una vuelta de tuerca sobre lo mismo, un fútbol metalúrgico agarrado a la fortaleza de su defensa, el oportunismo de Gekas y Charisteas y la clarividencia de Karagounis.
Dos equipos sabedores de sus carencias
Suecia sabe de sus limitaciones y que, sin Ibrahimovic, con problemas físicos desde hace meses, sus opciones son mínimas. Por eso, a falta de calidad, unos y otros pusieron lucha. Ardor guerrero en balones divididos, mucho juego aéreo por parte de los escandinavos y escasa profundidad en ambos lados.
Sin ritmo de partido es complicado jugar y el espectáculo se resintió, especialmente en el primer tiempo. Puso Lars Lagerbäck al veterano Henrik Larsson para aliviar las penas de Ibrahimovic, para que el ariete del Inter de Milán, se sintiera menos presionado, y acertó de pleno, porque bastó una buena conexión, una tan sola para que el partido empezara a decantarse del lado sueco.
Ahogado por la tripleta de centrales helenos, Ibrahimovic sólo lo pudo intentar una vez en el primer tiempo, pero en esa ocasión, Suecia se pudo adelantar en un remate de espaldas y con la coronilla que salió lamiendo el larguero en el minuto 33.
Mejor suerte no corría el ataque de los griegos en un partido con exceso de centrocampismo. Charisteas, en dos jugadas en las que se buscó la vida, llegó a rematar a la portería de Isaksson, y Basinas, el jugador del Mallorca, el que en más aprietos puso al meta sueco con un remate que botó cerca de la línea de meta.
No se abrió la lata hasta el último tercio de partido
Ante la falta de acierto, el partido sólo podía decantarse en alguna acción a balón parado o en aprovechar algún error cometido por el rival. Así fue cuando en el 49, Wilhemsson no fue capaz de batir a Nikopolidis después de un error defensivo y Karagounis tampoco estuvo acertado ante una indecisión de la zaga escandinava.
La otra opción manejada para resolver el partido -una jugada de calidad- no se dio hasta el minuto 67. Una perfecta combinación entre Larsson e Ibrahimovic permitió al delantero del Inter rematar con mucha potencia para marcar el 0-1.
Roto el hechizo, Grecia puso un delantero más en juego para ir al menos por el empate, pero en una acción de Ljunberg, el balón salió rebotado, fue a buscarlo Hansson junto con dos defensas griegos y Nikopolidis y marcó, casi sin darse cuenta, el definitivo 0-2.
La victoria pone en situación complicada a Grecia, un equipo con oficio y poco más que perdió ante una selección de lucha, con técnica limitada, pero que cuenta con un fuera de serie, Zlatan Ibrahimovic, quien a pesar de no estar en su mejor momento, fue quien decidió el encuentro.
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